A Marco Canto Velázquez, propietario de varios
establecimientos dedicados a los juegos de azar, más le vale temerles a los
vivos que a los muertos.
Al llegar a uno de sus locales, ubicado en la calle 26-A con
29, y ver las cosas revueltas, Canto Velázquez pensó anteayer jueves que eran
las almas de los niños que causaron estragos en el establecimiento.
Pero, al revisar las cámaras se seguridad, observó que un
solitario ladrón ingresó al negocio y se llevó las monedas de la caja, con
valor de poco más de 2,000 pesos.
Según se supo, el amigo de lo ajeno ingresó al local a las 5
de la mañana de anteayer jueves. “Es la tercera vez que roban en mis
establecimientos; dos veces ya denuncié en la Fiscalía (del Estado, pero no
hacen nada”, se quejó Canto Velázquez.
“Cuando robaron en mis otros locales presenté las pruebas de
los hurtos, pero aún así no los detuvieron (a los cacos)”.
De acuerdo con vecinos, en Izamal hay una ola de robos que
va en aumento.
Habitantes reportan sobre todo el hurto de motos; sin
embargo, los delincuentes “visitan” todo tipo de negocios y casas particulares.
También en las comisarías actúan los malhechores. En
Kimbilá, recientemente los ladrones no pudieron cometer una fechoría, ya que
fueron descubiertos intentando robar en una vivienda y salieron por el patio
derribando la albarrada del predio.
Fuente: Megamedia