El robo de automóviles asegurados en el país cuesta a los mexicanos hasta 12 mil millones de pesos anuales, alertó la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).
Entre octubre de 2018 y septiembre de 2019 se hurtaron en toda la República Mexicana 88 mil 047 vehículos asegurados, 6.4% menos que el mismo periodo del año anterior, con 94 mil 112 unidades; la recuperación tan solo fue de 40 por ciento. A estas cifras tenemos que aumentarle los vehículos “No asegurados”.
Diariamente se roban 241 automóviles asegurados en el país, es decir, un promedio de 10 por hora; los miércoles son los días en los que más ocurre este delito, las unidades más robadas son las de color blanco, las principales víctimas fueron personas de entre 36 y 50 años de edad y el 75% de las unidades se hurtaron a mujeres.
Según datos de la AMIS seis entidades concentran el 70% del robo de vehículos: Estado de México, con 23 mil 984 unidades en los últimos 12 meses; Jalisco con 12 mil 657; Ciudad de México con 10 mil 017; Puebla con 6 mil 171 autos hurtados; Guanajuato con 4 mil 470 y Veracruz con 3 mil 834.
Las estadísticas de la industria de seguros también indican que 80% de los robos con violencia suceden en nueve entidades; Estado de México lidera con el 32% de los casos; le siguen Jalisco con 14%; Ciudad de México con 9%; Puebla con 8%; Guanajuato con 6%; Veracruz 4%; Sinaloa 4%; Tabasco 3% y Michoacán 3 por ciento.
A septiembre de este año, los 10 vehículos más robados fueron: NP300/ PickUp de Nissan, Tsuru de Nissan, Versa de Nissan, Aveo de Chevrolet, Tractocamión Kenworth de Kenworth, Vento de Volkswagen, Motocicleta 111-250 de Italika, Sentra de Nissan, Jetta y Clásico de Volkswagen, y la CRV de Honda.
Además, las principales unidades robadas con violencia son: la Sportage de KIA, CX5 de Mazda, Vento de Volkswagen, Río de KIA, Ibiza de Seat, Hilux Pick-up de Toyota, Caja seca de Semirremolques, Xtrail de Nissan y Figo de Ford.
LAS RECOMENDACIONES:
Evitar distracciones en cruceros, particularmente aquellos identificados como “de alto riesgo”.
Estacionar el vehículo en lugares concurridos.
Tener visibilidad del entorno y revisar situaciones de riesgo.
Contar con complementos de seguridad (bastones, alarmas, mecanismos de rastreo, etc.).
No dejar objetos que queden visibles dentro del vehículo.