Aunque mantener un distanciamiento social de dos metros se
convirtió en una regla conocida por todo el mundo desde el principio de la
pandemia, es probable que no sea suficiente para evitar más contagios de
COVID–19.
Los resultados preliminares de un nuevo estudio llevado
a cabo en el Hospital de la Universidad de Florida confirman que los enfermos
de coronavirus expulsan aerosoles que pueden viajar en el aire hasta 5
metros de distancia y poseen el material genético para provocar una nueva
infección.
El estudio recolectó distintas muestras de aire en la
habitación de dos pacientes con COVID–19 ubicadas de 2 a 4.8 metros de
distancia de los enfermos.
Posteriormente, las muestras fueron cultivadas en un
laboratorio para confirmar la presencia de estos aerosoles y sobre todo, para
averiguar si los virus mantenían su capacidad para infectar células y
reproducirse.
Después de las pruebas, los científicos hallaron un máximo
de 74 partículas virales por litro de aire y aunque se desconoce el nivel de
partículas necesario para infectar a alguien, confirmaron que el material
genético de estos aerosoles puede ser inhalado y contagiar a otras
personas:
“Los pacientes con manifestaciones respiratorias de COVID-19
producen aerosoles en ausencia de procedimientos que generen aerosoles que
contengan SARS-CoV-2 viable, y estos aerosoles pueden servir como fuente de
transmisión del virus”, concluye el estudio.
Los resultados previos de esta investigación (que aún no ha
sido publicada ni revisada por pares) se suman a la evidencia de que la
transmisión aérea del coronavirus es altamente probable, un escenario que la
Organización Mundial de la Salud se ha resistido a aceptar desde hace poco más
de un mes, cuando surgieron los primeros estudios al respecto.
A principios de julio, un grupo de 239 científicos de todo
el mundo firmaron una carta abierta dirigida a la OMS, exigiendo al organismo
tomar en cuenta la hipótesis de la transmisión aérea como una vía de
contagio de COVID–19.
La discusión principal está en si estos aerosoles de
coronavirus, que viajan muchos más metros que las gotículas más grandes, tienen
el suficiente material genético del virus para seguir siendo
infeccioso, una confirmación que de probarse, cambiaría lo que suponemos sobre
las vías de transmisión de COVID–19.
Estos aerosoles son mucho más pequeños que las gotículas que
caen al piso tras hablar, estornudar o toser y que por su peso, no pueden
viajar a más de 2 metros de distancia.
Desde entonces, la OMS revisó la evidencia y anunció la
preparación de un informe al respecto; sin embargo, un par de días más tarde,
el organismo se limitó a cambiar sutilmente su página de información sobre
las vías de transmisión del virus y aunque aceptó la existencia de
aerosoles, negó la posibilidad de que estos contengan ARN, el material genético
del virus:
“Es importante tener en cuenta que la detección de ARN
mediante reacción en cadena de la polimerasa en muestras ambientales no
significa que estas contengan virus vivos que se puedan contagiar”, explicó la
OMS.
Los resultados del estudio podrían modificar estos
lineamientos, ante la evidencia de que no sólo es posible encontrar aerosoles
en ausencia de procedimientos médicos que los produzcan, también de que el
material genético del virus tiene potencial para contagiar a más personas.
Fuente: Muy interesante