a antigua ciudad maya de Chichén Itzá, en el estado mexicano de Yucatán, es uno de los sitios arqueológicos más importantes y visitados de México. Mundialmente famosa por su magnífica pirámide de cuatro caras, más conocida como El Castillo, célebre por su orientación a los solsticios, Chichén posee una vasta superficie y numerosas áreas adyacentes, donde los arqueólogos no paran de hacer descubrimientos sorprendentes. Como en Chichén Viejo o Serie Inicial, una zona arqueológica aún poco explorada que se extiende en las inmediaciones del gran centro ceremonial.
De hecho, según el arqueólogo del INAH Francisco Pérez Ruiz, este lugar es “el primer grupo documentado donde un gobernante vivió con su familia al completo”. Y es que Chichén Viejo, cuya ocupación comenzó en el siglo V d.C., está formado por unas veinte estructuras, entre ellas algunas con nombres tan sugerentes como el Templo de la Serie Inicial (de forma piramidal), el Palacio de los Falos, la Casa de los Caracoles o la Galería de los Monos. Es precisamente en Chichén Viejo donde los arqueólogos acaban de descubrir la tumba de un personaje de la élite de la ciudad, perteneciente a la dinastía de los Canules (Ah Canul).
Tal como cuenta otro de los arqueólogos del INAH que participa en las excavaciones, Jesús Osorio León, la sepultura se descubrió en el interior de una estructura que "tenía capas de piedra, y al levantarlas se definió el espacio que cubría una gran cista cuadrada en cuyo interior había un contexto quemado y una gran cantidad de restos". Según los investigadores, entre los restos óseos (que comprenden cinco mandíbulas) es muy posible que se encuentren los del personaje de alto rango. En la tumba, asimismo, los arqueólogos exhumaron más elementos como collares de jade, puntas de lanza y vasijas.
La tumba, "tenía capas de piedra, y al levantarlas se definió el espacio que cubría una gran cista cuadrada", según Osorio León.
Además de la sepultura, los investigadores también han estudiado en profundidad la simbología de los edificios de Chichén Viejo y han sugerido una nueva interpretación. Por ejemplo, respecto al conocido como Palacio de los Falos, Pérez Ruiz explica que "tiene símbolos que asemejan un libro de piedra o códices de estuco que reflejan pasajes de la vida del personaje de élite que vivía en Chichén Viejo, como rituales de sangrado de pene que también llamaban de fuego". Un tipo de ceremonia que tenía como objetivo reforzar el poder del gobernante, así como propiciar la fertilidad.
Algunos edificios de Chichén Viejo muestran una decoración arquitectónica singular: ancianos ricamente ataviados que portan en la espalda caracoles y caparazones de tortuga. "Son los cargadores de los puntos cardinales que eran representados por monos, abejas y caracoles", explican los arqueólogos del INAH. Asimismo, en la parte superior de la Casa de los Caracoles, los estudiosos han documentado un personaje mitológico, con sus atributos masculinos formando una enredadera, y que rinde culto a la creación.
Algunos edificios se decoran con ancianos ricamente ataviados que portan en la espalda caracoles y caparazones de tortuga.
Finalmente, en otro edificio del sector oriental aparece otro personaje con adornos y un penacho sobre una banda celeste, de la cual surge una liana que rodea todo el friso. "La escena parece decir: 'Soy el final de este linaje, soy el último ser divino'; y aparece junto a monos sentados, pájaros carpinteros y semillas de cacao", apunta Pérez Ruiz.
José Osorio León está convencido de que quedan más estructuras residenciales por descubrir en Chichén Viejo, y cree que su hallazgo podría ofrecer información muy valiosa sobre la forma de vida de las familias que habitaron en la gran metrópoli maya. Finalmente, desde el centro INAH Yucatán afirman que está previsto que esta enigmática zona del sitio arqueológico pueda abrir al público en breve, convirtiéndose, de este modo, en un atractivo añadido para impulsar aún más el turismo cultural en la región.
Fuente: National Geographic
