El asesinato de una enfermera del Centro Estatal de Cancerología (CECAN) ocurrido el sábado, provocó una manifestación de médicos, enfermeras y familias de pacientes, quienes marcharon al centro de Xalapa para exigir justicia.
Hay enojo pues uno de sus compañeros denunció que la profesionista había sido víctima de saqueos en su casa hasta en tres ocasiones y que las denuncias no habían avanzado en la Fiscalía, como tampoco tenía medidas de protección.
Yarazeth Zepeta García, de 37 años, fue encontrada muerta en el interior de su casa en la calle Maderas, de la colonia Veracruz; el o los atacantes la despojaron de sus pertenencias y se llevaron su vehículo, el cual fue localizado ayer domingo al mediodía en la calle Río Papas, a unas cuadras de su casa.
La versión de las autoridades señala que durante la madrugada del sábado los vecinos escucharon gritos de auxilio, pero no sabían de dónde provenían. Solicitaron el apoyo de la policía y fue hasta la noche que se presentaron a la vivienda, donde fue encontrada Yarazeth, quien era originaria de Papantla.
“Era muy trabajadora, muy comprometida, entregada a su trabajo, a su labor. No merecía ella y ninguna mujer merece ser tan violentada y es lo que exigimos, justicia para nuestra compañera Yara, nuestra amiga y que la amamos mucho”, expresó llorosa una de las enfermeras que participó en la marcha.
Yarazeth tenía 14 años de labor en el CECAN, atendía adultos y niños con males oncológicos. La describieron además como solidaria y compasiva, con mucha capacidad de ayuda y acompañamiento tanto para los pacientes como para el personal del hospital.
Aseguraron desconocer si la enfermera vivía en un entorno de violencia; sin embargo, reconocieron que prácticamente vivía en el centro hospitalario porque doblaba turnos ya que estudiaba medicina.
“Ayúdenos a decir que Yara Merece justicia, nada más”.
Las compañeras de la víctima se quejaron porque las autoridades tardaron en entregar los restos mortales que serían trasladados a Papantla. Pedían que se agilizaran los procesos tanto de entrega como las investigaciones.
“Como varón para mí es una molestia que le hicieran eso a la compañera, porque ya le habían hecho anteriormente tres veces robo a domicilio. Se fue de vacaciones, se fue a su ciudad legítima (Papantla) y aprovecharon para vaciar su casa. Eso fue hace seis o siete meses. Un mes antes habían robado. Eso se pasó del estribo”, refirió uno de sus compañeros, quien se reservó su identidad.