El presidente retoma la cruzada contra la ministra de la Suprema Corte, al minimizar el galardón otorgado por la Asociación Internacional de Mujeres Juezas como un documento fácilmente falsificable
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha retomado este miércoles su cruzada contra la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Norma Piña. El mandatario ha minimizado la importancia del galardón que la Asociación Internacional de Mujeres Juezas otorgó el pasado martes a la ministra por su trayectoria y los avances en la reducción de la brecha de género. “Esos premios se pueden conseguir en la plaza de Santo Domingo”, ha expuesto López Obrador, haciendo referencia al lugar conocido popularmente por la falsificación de documentos.
El mar de tensiones entre el presidente y la SCJN se ha mantenido revuelto desde hace meses, y no ha se ha calmado en los últimos días. El pasado martes, después de que el máximo tribunal invalidara una de las partes del llamado “plan B” de la reforma electoral —que busca acotar las facultades del INE—, López Obrador cargó contra la Suprema Corte: “El Poder Judicial está podrido”. El mandatario consideró que el Supremo violó la Constitución e invadió las facultades del Congreso al tumbar la reforma.
La decisión de la SCJN se formalizó con una amplia mayoría de los ministros: nueve frente a dos. El Supremo lanzó con ello el mensaje de respaldo al trámite legislativo para las reformas establecido la propia ley. “[Tengo] la convicción de que ningún integrante.
La reforma dio muestras de contar con un cúmulo de irregularidades durante la sesión de los magistrados. Entre los votos de los ministros, solo dos votaron en contra de invalidar las modificaciones aprobadas en el Congreso: Yasmín Esquivel y Loretta Ortiz. Esquivel lamentó que la SCJN se perdiera en la discusión de “formalismos procedimentales”, y defendió que el procesamiento de leyes reduciendo trámites es un recurso común entre los partidos. Por otro lado, Ortiz reconoció la aparición de anomalías durante el trámite legislativo, aunque no consideró que fueran suficientes para invalidar las reformas.
La presidenta Norma Piña ha sido considerada por López Obrador como una adversaria, una rivalidad que ha estado marcada por las invalidaciones de la SCJN a algunos de las enmiendas de la actual Administración. Otro ejemplo pudo verse con la invalidación de la reforma por la que la Guardia Nacional pasaba a manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). El pasado 20 de abril, el organismo judicial dio al Gobierno siete meses —hasta el 1 de enero de 2024— para que la Guardia Nacional pase de nuevo a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.
EL PAÍS
