WASHINGTON.– Entre 2012 y 2019 agentes del Buro de Aduanas e Inmigración (ICE, por sus siglas en inglés), del Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos (DHS), lavaron y sacaron de México millones de dólares en efectivo procedentes del narcotráfico colombiano y mexicano.
La estrategia y red de blanqueo de activos que armaron por lo menos tres agentes y dos colaboradores (informantes) del ICE incluyó la instalación y función de un centro cambiario de divisas en la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México.
“Fui informante y colaborador del ICE en México y en Estados Unidos, me coordiné con dos agentes de Chicago, de nombre Thomas LaPak y Kenny Popovits”, afirma en entrevista con Proceso el principal informante y colaborador del Buró del DHS en la capital mexicana.
Encerrado durante dos años en prisiones federales estadunidenses, sin cargo alguno, y luego de tres años bajo arresto domiciliario antes de regresar a México en marzo último, donde se encuentra escondido por temor a que lo maten, el operador –a quien por razones de su seguridad no se revelará su identidad– expone verbal y físicamente pruebas de sus afirmaciones y denuncias.
“Soy abogado especializado en cobros internacionales –admite que su referencia es porque es experto en evitar pagos al fisco y lavar dinero– y aproximadamente en 2012 comencé a colaborar con ICE”, cuenta.
La sofisticación de la red de lavado que armaron los agentes estadunidenses con este colaborador mexicano expone transferencias bancarias en dólares procedentes del narco, sacados de México y enviados a China, Corea del Norte, Taiwán, Las Vegas, Nevada y Miami.
Entre los personajes de este andamiaje delincuencial orquestado por los agentes estadunidenses destaca otro presunto colaborador: Carlos A. Levay, director de operaciones de la empresa Intercoast Inc,. con sede en Miami, desde la cual se emitieron varias transferencias electrónicas interbancarias a China, Corea del Sur, Taiwán y Las Vegas, de acuerdo con decenas de copias de los giros que prueban el movimiento de las divisas.
Proceso cuenta también en su poder con copias de correos electrónicos con direcciones oficiales del DHS, de los agentes de ICE y de Levay que intercambiaron con el operador mexicano para transferencias de dinero.
Desglosados en decenas y hasta cientos de miles de dólares para evitar sospechas del blanqueo, las copias de las transferencias bancarias muestran la razón social de las empresas fantasma por medio de las cuales se cribaron millones de dólares procedentes del crimen organizado.
Sin revelar detalles de su asociación para trabajar “con un colombiano”, el operador mexicano dice: “Me imagino que se dedicaba al narcotráfico”.
El entrevistado anota que él recogía dólares en efectivo que daba a Levay en el aeropuerto de la CDMX con la venia del ICE.
“Yo entregaba la bolsa con el dinero en efectivo y Levay lo metía en otra que se cargaba a la espalda y salía. Lo acompañé en algunas ocasiones, pasaba los filtros del aeropuerto con la maleta sin ser revisado, subía al avión y salía de México”, relata el informante.
Fragmento del reportaje principal publicado en la edición 0007 de la revista Proceso