Culiacán, la capital de Sinaloa, ha vivido momentos de terror en los últimos nueve días. Los enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa, específicamente entre Los Chapitos y La Mayiza, han convertido a la ciudad en un lugar desolado, donde las balaceras y los narcobloqueos son el pan de cada día. Comercios cerrados, escuelas vacías y ciudadanos resguardados en sus casas son ahora la norma en esta ciudad que alguna vez fue bulliciosa y activa.
Todo comenzó con un conflicto interno en el Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas de México. Los Chapitos, liderados por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán, se enfrentan a La Mayiza, el grupo vinculado a Ismael "El Mayo" Zambada. La disputa estalló cuando "El Mayo" acusó a Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo, de traicionarlo y entregarlo a las autoridades estadounidenses.
Este conflicto ha desatado una guerra entre ambos bandos, con Culiacán como campo de batalla. Los ciudadanos, que ya estaban acostumbrados a episodios de violencia, ahora viven con el miedo constante de convertirse en víctimas colaterales.
Culiacán: una ciudad fantasma
Los días recientes han sido especialmente duros. Según reportó el periodista Carlos Loret de Mola, las calles de Culiacán parecen desiertas. La vida cotidiana ha sido interrumpida: negocios cerrados, transporte público suspendido y escuelas vacías. Incluso los supermercados y gasolineras han reducido sus horarios, ante el temor de más ataques.
"El gobierno ha tratado de minimizar la situación", afirmó Loret, señalando que, a pesar de que las autoridades intentaron reanudar las clases, los padres prefirieron no enviar a sus hijos a la escuela. "La gente tiene miedo de salir de sus casas", agregó el periodista, subrayando la gravedad de la situación.
La violencia en Culiacán no muestra signos de detenerse. El pasado martes, un enfrentamiento entre militares y presuntos integrantes del narcotráfico dejó a la ciudad conmocionada. En la colonia La Campiña, videos circulaban en redes sociales mostrando las balaceras al amanecer. Un elemento del ejército fue asesinado en uno de estos enfrentamientos.
Además de los tiroteos, hombres armados han irrumpido en fraccionamientos privados, como ocurrió en las colonias Porta Alegre y Santa Fe. En la colonia Miguel Hidalgo, irrumpieron en una casa, asesinaron a una mujer y secuestraron a tres personas, cuyo paradero aún se desconoce.
La respuesta de López Obrador
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha sido criticado por minimizar la situación en Sinaloa. Durante una de sus conferencias matutinas, el mandatario afirmó que "solo se habían reportado dos asesinatos" en Sinaloa, aunque el domingo siguiente se contabilizaron once homicidios en un solo día.
La estrategia de "abrazos, no balazos", implementada por el presidente desde el inicio de su mandato, ha sido fuertemente cuestionada. Loret de Mola ha destacado que este sexenio cerrará con una cifra récord de más de 200,000 ejecuciones, superando a los gobiernos anteriores de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
El impacto en la población
La guerra entre los cárteles no solo ha impactado a Culiacán, sino que también se ha extendido a municipios cercanos como Lota y La Concordia. En estos lugares, se han registrado bloqueos de carreteras, incendios de camiones y casas, y al menos dos personas han sido asesinadas.
Las redes sociales han sido el principal medio para que los ciudadanos se mantengan informados, compartiendo videos de los bloqueos y enfrentamientos. Mientras tanto, la incertidumbre y el miedo crecen entre la población, que sigue esperando una solución efectiva por parte del gobierno.
El futuro de Culiacán es incierto. La violencia entre Los Chapitos y La Mayiza continúa, y mientras la población intenta retomar su vida, el miedo y la inseguridad prevalecen. Las autoridades enfrentan el reto de restaurar la paz en una ciudad que, por ahora, parece atrapada en un conflicto interminable.
El gobierno federal asegura que tiene la situación bajo control, pero la realidad en las calles cuenta una historia diferente. Culiacán es hoy una ciudad que, nueve días después de estallar la violencia, sigue sufriendo las consecuencias de una guerra entre cárteles que parece no tener fin.
