Otra muestra del manejo discrecional de los recursos en el Isstey en los últimos años, que lo mantienen al borde de la falta de liquidez, es la administración sin control de los Cendis, hoteles y tiendas, así como el pago de onerosas prestaciones, como el bono de jubilación y el seguro de cesantía, advierte el director del Instituto, Ulises Carrillo Cabrera, en la quinta entrega de la entrevista que concedió al Diario en días pasados.
Estas prácticas y otras más son consecuencia del manejo discrecional de los recursos del Instituto que, por ejemplo, dijo el propio Carrillo Cabrera en la entrega anterior, le permite gastar $1,900 millones al año, cuando sus ingresos ascienden a $700 millones, aproximadamente.
Barril sin fondo
El déficit resultante, añade el funcionario, se ha compensado durante años con el dinero de las reservas del organismo, muy cuantiosas, porque nadie se pensionaba.
El exceso de dinero en las reservas y la falta de un marco legal para ordenar los gastos, explica Carrillo, ocasionaron que en el Isstey “nos dedicáramos a construir hoteles, tiendas, Cendis y a crear una enorme burocracia”. Este es el verdadero problema del Isstey, no la
deuda del gobierno del Estado por $2,125 millones, indica.
¿Cierre en puerta?
Según Ulises Carrillo, hasta antes de las reformas a la ley del Instituto aprobadas en julio, estos servicios no estaban relacionados con una fuente específica de financiamiento. Por lo tanto, si el
hotel, las tiendas, los Cendis se excedían de sus gastos presupuestados, el dinero faltante se tomaba de la
reserva.
¿Qué caso tiene para el Isstey sostener estos servicios?
La ley nos obliga a tenerlos, aunque por años, para dar esas prestaciones, descuidamos la prestación fundamental, que son las pensiones. Ahora, eso no quiere decir que vayamos a cerrar las tiendas, escuelas o el hotel, sino que a raíz de las reformas legales les asignaremos un fondo. Si éste se les acaba, no podrán recibir transferencias, lo prohíbe la ley. Antes, si se les acababa el dinero, lo tomaban de las reservas y así se mantenían a flote. Ahora, en virtud de los cambios a la ley, si no son eficientes van a quebrar o a cerrar.
Bono polémico
En otro momento de la entrevista, Carrillo Cabrera advierte que además de esta fuga de recursos por servicios adicionales mal administrados, el Isstey tiene otra pesada carga financiera: los bonos de jubilación.
Cuando una persona se jubila, explica, se le empieza a pagar su jubilación y antes se le entrega un bono inicial, equivalente a la mitad de sus aportaciones.
También existe el seguro de cesantía, que se otorga cuando el trabajador renuncia y es igual al total de sus aportaciones.
Y eso está mal, señala Carrillo Cabrera, porque una forma de fortalecer financieramente al Isstey es establecer que el dinero de los años de cotización del trabajador se quede en el Instituto. “Por eso cuando me dicen que vienen más jubilados, me salen más canas: hay que pagarles y además darles un bono”.
Crisis inminente
De acuerdo con Carrillo Cabrera, esta falta de control en los gastos del Isstey tiene al organismo al borde de una grave crisis de liquidez.
En 2013, afirma, fue la primera vez que el Instituto operó, en materia de pago de pensiones y jubilaciones, con un pequeño déficit (ver gráfica), pero en 2019, este déficit podría ascender a por lo menos $356.96 millones.
Pronóstico gris
Los estudios actuariales sobre el futuro financiero del Isstey prevén que, si no se arreglan antes las finanzas del Instituto, en 2026 sólo una parte de las pensiones estarán fondeadas, “pero yo creo”, advierte el funcionario, “que ese plazo podría llegar mucho antes, en 2021, porque esos estudios tienen sus imprecisiones”.
-Por ejemplo, sostienen que para 2026 el Isstey ya no tendrá reservas suficientes para pagar todas sus pensiones, pero esos cálculos se basan en el supuesto de que el rendimiento real de las reservas será del 3% anual.
Poco rendimiento
-Si esto es así y la inflación promedio anual es de 3.9 por ciento -como ocurrió el año pasado-, el rendimiento nominal de las inversiones del Isstey, para garantizar ese rendimiento del 3 por ciento, deberá ser del 6.9%, para que al restarle el 3.9% de la inflación te quede ese 3 por ciento de rendimiento necesario para mantener el nivel de las reservas. Pero, ¿sabes de cuánto fue el rendimiento nominal histórico de las reservas del Isstey?, ¡del 4.1%!.-
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Rendimiento cero
Si el rendimiento histórico de las reservas del Isstey es del 4.1 por ciento y la inflación anual promedio es de 3.9%, entonces, en 2013, el rendimiento real de las reservas del Isstey fue de uno por ciento, pero en los años anteriores, con mayores índices de inflación, el rendimiento pudo ser de cero, afirma el director del Instituto, Ulises Carrillo Cabrera.
Los estudios actuariales del Isstey basan sus pronósticos en un crecimiento real del 3% en los rendimientos financieros de ese organismo, cuando es obvio que en los últimos años las reservas del Isstey no han tenido un crecimiento real de ese porcentaje. Esto quiere decir, indica el funcionario, “que esos estudios actuariales no son precisos”.
Límite
Además, indica Carrillo Cabrera, estos estudios consideran un costo administrativo global del 10% en el Isstey, cuando ahora es del 26%, al menos hasta antes de la entrada en vigor de la reforma a la ley, que establece un costo administrativo genérico límite del 7.5%. De este modo, añade, si el Isstey no se transforma y sigue gastando e invirtiendo sus reservas como lo ha hecho hasta ahora, el agotamiento de sus recursos podría llegar en el año 2021, no en 2026.