El Gobierno japonés y varias compañías del país comenzaron a probar hoy un potencial servicio de reparto a domicilio con drones en la ciudad de Chiba (al este de Tokio), lo que supone el primer ensayo de este tipo en una zona urbana en Japón.
Los drones transportaron mercancías como botellas de vino o cartones de leche entre varios puntos de Chiba, un área donde no se aplica la legislación vigente que restringe el uso de las aeronaves de este tipo, informó la agencia Kyodo.
El aparato aterrizó sin problema en parques, centros comerciales y hasta en el tejado de un edificio residencial sin que los bienes que transportaba resultaran dañados.
En una próxima fase de prueba los drones transportarán paquetes desde la bahía de Tokio hasta Chiba, a unos diez kilómetros de la capital nipona, y el objetivo será lograr una tecnología que permita vuelos estables pese al viento o la lluvia, además del desarrollo de una normativa de tráfico específica para drones.
El gigante nipón del comercio electrónico Rakuten, la tecnológica NEC o la cadena de supermercados Aeon, entre otras compañías, esperan que el servicio esté operativo en 2020, año en el que Tokio acogerá los Juegos Olímpicos.
El ejecutivo nipón busca también implementar un sistema de reparto de medicamentos a través de drones a zonas aisladas y con escasas instalaciones médicas en 2018, por lo que tendrá que aprobar una nueva legislación para regular las rutas y las mercancías permitidas para el transporte en aviones no tripulados.
Japón no contaba con legislación específica sobre drones hasta el pasado septiembre, cuando se adoptaron medidas después de que un hombre volara uno de estos aparatos con material radiactivo hasta el tejado de la residencia del primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Actualmente la ley aeronáutica nipona actual prohíbe volar drones sobre zonas residenciales populosas sin permiso gubernamental (por ejemplo, en la capital y zonas cercanas a aeropuertos), y establece que durante el vuelo han de mantenerse a cierta distancia de las personas y los edificios.
Los drones transportaron mercancías como botellas de vino o cartones de leche entre varios puntos de Chiba, un área donde no se aplica la legislación vigente que restringe el uso de las aeronaves de este tipo, informó la agencia Kyodo.
El aparato aterrizó sin problema en parques, centros comerciales y hasta en el tejado de un edificio residencial sin que los bienes que transportaba resultaran dañados.
En una próxima fase de prueba los drones transportarán paquetes desde la bahía de Tokio hasta Chiba, a unos diez kilómetros de la capital nipona, y el objetivo será lograr una tecnología que permita vuelos estables pese al viento o la lluvia, además del desarrollo de una normativa de tráfico específica para drones.
El gigante nipón del comercio electrónico Rakuten, la tecnológica NEC o la cadena de supermercados Aeon, entre otras compañías, esperan que el servicio esté operativo en 2020, año en el que Tokio acogerá los Juegos Olímpicos.
El ejecutivo nipón busca también implementar un sistema de reparto de medicamentos a través de drones a zonas aisladas y con escasas instalaciones médicas en 2018, por lo que tendrá que aprobar una nueva legislación para regular las rutas y las mercancías permitidas para el transporte en aviones no tripulados.
Japón no contaba con legislación específica sobre drones hasta el pasado septiembre, cuando se adoptaron medidas después de que un hombre volara uno de estos aparatos con material radiactivo hasta el tejado de la residencia del primer ministro japonés, Shinzo Abe.
Actualmente la ley aeronáutica nipona actual prohíbe volar drones sobre zonas residenciales populosas sin permiso gubernamental (por ejemplo, en la capital y zonas cercanas a aeropuertos), y establece que durante el vuelo han de mantenerse a cierta distancia de las personas y los edificios.