Noticias de Yucatán
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Walt Disney y la productora Plan B, propiedad de Brad Pitt, llevará a la pantalla grande la historia de superación de Alfredo Quiñones Hinojosa, un mexicalense que en 1987 cruzó como ilegal a Estados Unidos por la frontera con Calexico y que ahora es un prestigioso neurocirujano en el hospital Johns Hopkins, en Baltimore, Maryland.
La estrella de Hollywood se interesó en trabajar en el proyecto, luego de que escuchara al propio doctor Alfredo Quiñones Hinojosa, mejor conocido como Dr. Q, contar en un programa de radio su increíble historia de superación.
La adaptación al cine de la vida del médico cachanilla la realizará el escritor y guionista Matthew López, autor de la obra de teatro The Whipping Man.
Por el momento, el proyecto lleva por nombre Dr. Q y mostrará la historia de Quiñones Hinojosa, quien estuvo en Mexicali por última ocasión para recibir un reconocimiento por parte de la Universidad Auntónoma de Baja California (UABC).
El proyecto se encuentra en la etapa de preproducción y aún no se anuncia el elenco, ni las fechas para inicio de rodaje, pero se espera que ya pronto se conozcan adelantos al respecto.
LA HISTORIA DEL DOCTOR Q
Una vida llena de sacrificios para alcanzar el éxito ha sido la que ha forjado el doctor Alfredo Quiñones Hinojosa, reconocido neurocirujano y oncólogo mexicalense, que se desempeña laboralmente en los Estados Unidos, siendo uno de los más prestigiosos expertos en su ramo.
Conocido también como el “Dr. Q”, Alfredo Quiñones Hinojosa emigró ilegalmente en 1987 hacia Estados Unidos, donde alcanzó su preparación profesional en Psicología graduándose con honores de la Universidad de California en Berkeley.
Posteriormente obtuvo su grado de Médico por la Escuela de Medicina de Harvard, donde fue reconocido como Cum Laude.
Quiñones Hinojosa es el mayor de cinco hermanos. Cuando era niño tenía pesadillas acerca de que debía salvar a su familia de incendios, inundaciones y avalanchas, de acuerdo con su biografía Becoming Dr. Q (Convertirse en el Dr. Q), de la cual es coautor.
Su interés por la medicina pudo surgir de este sentido de la responsabilidad y de la muerte de su pequeña hermana (a quien dedica sus memorias) a causa de colitis. A los seis años, él quería ser astronauta.
Quiñones Hinojosa trabajó en la gasolinera de su padre en Palaco desde los cinco años; la familia vivía en un departamento ubicado en la parte de atrás, pero la difícil situación económica provocó que el negocio cerrara.
Algunas visitas al Valle de San Joaquín, en California, donde su tío Fausto trabajaba como capataz de un rancho, le dieron a Alfredo un panorama de Estados Unidos y el sueño americano.
A los 14 años pasó dos meses ahí quitando maleza de los campos para ganar dinero y llevarlo a su familia. "Ese dinero ganado con trabajo duro probaba que las personas como yo no estábamos indefensas ni desvalidas", cuenta en su libro.
En 1987 comenzó la increíble aventura de este cachanilla que logró graduarse con honores en Medicina por Harvard.
Con 19 años de edad, llegó al vecino país como jornalero, pero dos años después entró en un colegio de la comunidad para aprender inglés. En 1991 ya estaba en la Universidad de California en Berkeley y en 1994 ingresó a Harvard.
“Era un joven inquieto. Y fue precisamente en la transición entre ambas universidades cuando me di cuenta de que tienes que creer en ti mismo y saber que sí puedes soñar. Hoy, el hecho de soñar constantemente me mantiene activo”, comenta en entrevista el médico nacido en Mexicali.
Quien realizó un posdoctorado en Biología de desarrollo de células madre en la Universidad de California, San Francisco, está convencido de que la disciplina le permitió llegar a donde está.
“A veces se acostumbra uno a vivir tranquilamente, a no hacer cosas, a no tomar decisiones arriesgadas. Pero se debe tener valor para luchar por los sueños. Creo que mi primera gran decisión fue dejar mi trabajo estable de jornalero en una granja, en el que ya ganaba 3.75 dólares por hora, e irme a estudiar inglés”, recuerda.
El viaje a Estados Unidos
Alfredo solo tenía 65 dólares cuando, un día antes de cumplir 19 años, en 1987, decidió viajar a Estados Unidos para una estancia más prolongada. No pensaba en las leyes, solo quería salir de la pobreza y regresar cuando pudiera ayudar a su familia, dice.
Arriesgándose a una detención, la deportación e incluso la muerte, Alfredo tenía un plan: cruzaría la frontera hacia Calexico con un salto tipo Spiderman, pasaría la cerca de cinco metros y medio, saltaría el alambre de púas y caería en California, cuenta.
Cuando lo hizo, agentes fronterizos lo recogieron y lo enviaron de vuelta a México.
Otros se hubieran rendido, pero Alfredo no. Una hora después de su primer intento, volvió al mismo lugar para ejecutar una maniobra igual pero más rápida. Esa vez tuvo éxito y fue para ya no regresar a territorio mexicano, sino hasta cumplir sus sueños.
En la actualidad, Alfredo opera unos 250 tumores cerebrales cada año. Usa su sala de operaciones como una extensión de su laboratorio. Quiere aprender sobre el aspecto motor del cerebro, lo que hace que las células "se muevan como arañas" y cómo atacarlas.
Está trabajando en un método para utilizar las células grasas para combatir el cáncer cerebral. Los científicos obtienen células madre mesenquimales de la grasa, que aparentemente son efectivas para identificar el cáncer.
Quiñones Hinojosa considera que el cáncer cerebral es "la enfermedad más devastadora que afecta al órgano más hermoso de nuestro cuerpo: el cerebro.