El asesino de Niza, identificado como Mohamed Labouaiej Bouhlel, un tunecino de 37 años, estaba “obsesionado con el sexo por dinero”. Así lo confirma un ex amante, un hombre de 73 años cuyo nombre no ha sido revelado por la policía francesa. Poco a poco, vamos conociendo más detalles sobre la macabra historia y el móvil que condujo a este terrorista a cometer tan execrable acto. Se “inspiró” en la matanza del nightclub gay Pulse, como os contamos ayer en Loottis, y ahora están saliendo a la luz detalles de cómo era su estilo de vida y su personalidad. Regularmente tenía problemas con la ley pero no estaba en una lista de terroristas.
En su móvil, según los investigadores franceses, había cintas de sexo caseras e imágenes que filmó tanto con hombres como mujeres. La televisión francesa TF1 ha revelado que el tunecino tenía un supuesto ex amante, un hombre de 73 años, que aseguró a las autoridades que Bouhlel era un “bisexual sadista”, que frecuentaba portales online para conseguir citas con hombres y era un fanático del gimnasio, que amaba y admiraba su cuerpo.
El pensionado de 73 años dijo a la policía que era su “amante más frecuente”, pero que sabía que Bouhlel mantenía relaciones con varias personas de distinto sexo, a quienes conocía en línea o en bares de salsa, a los que “atendía” regularmente.
“Era violento, un bisexual sadista y violento”, señala TF1, que además asegura que el ex amante del ahora fallecido terrorista indicó que era un “maniático”. Investigaciones de la policía señalan que tanto la madre como la esposa de Bouhlel fueron víctimas de abuso y que el hombre veía constantemente vídeos sobre decapitaciones cometidas por el Estado Islámico así como vídeos e imágenes de violencia sexual. En el móvil que los policías le decomisaron tras dar muerte a Bouhlel, encontraron selfies del autor de la masacre de 84 personas así como fotos crudas de asesinatos y violaciones.
Y es que, al parecer, Bouhlel pasó de físicoculturista y mujeriego a asesino radical: “La agitada vida sexual de este hombre, quien recientemente se habría unido al Estado Islámico, queda al descubierto en las imágenes que tenía en su móvil”, indicó el canal francés. En el pequeño gimnasio de Niza donde se entrenaba hasta hace unos dos años, Mohamed Lahouaiej-Bouhlel es recordado como un hombre “fanfarrón”, un “mujeriego” y un poco “pesado”, contó un testigo. Allí, el hombre seguía cursos de salsa y “venía a hacer deporte para ponerse guapo (…), trabajaba su cuerpo para gustar”, añadió.
El móvil también indica detalles de cómo planeó el ataque ocurrido el pasado 14 de julio en el Paseo de los Ingleses, en Niza.
Alexandre Migues iba en su moto cuando vio que el camión en el que viajaba Bouhlel entraba a toda velocidad por el Paseo de los Ingleses: “Tiré la moto a un lado y empecé a correr. Me agarré de la puerta (del camión). Traté tres o cuatro veces de abrirla. El, mientras tanto, buscaba algo dentro del camión y bajaba la velocidad. Entonces sacó un arma. Me apuntó y me miró fijamente. Me solté…”.
Bouhlel envió un selfie junto al camión con el que provocó la matanza a su hermano Jabeur, quien vive en Túnez. Este le confirmó la información a varias agencias de noticias y a las autoridades, que buscan ahora a los posibles cómplices del asesino. En la imagen, el hombre, como si nada le dijo a su hermano que estaba en la zona para “festejar el día nacional” de Francia pero además le habló de su pueblo natal Msaken (Túnez) y le dijo que quería regresar “pronto”. Según relató, el hoy fallecido hizo llegar a sus padres 100 mil euros días antes de la masacre. El medio francés Le Journal du Dimanche, aseguró además que una semana antes del atentado sacó todo el dinero que tenía en su cuenta bancaria y un día antes de la matanza vendió su coche.
El cambio que transformó a este hombre, nacido el 31 de enero de 1985 en Msaken, en las afueras de Susa, en Túnez, sigue siendo difícil de determinar. El sábado, el ministro del Interior francés Bernard Cazeneuve afirmó que, con base en testimonios de allegados, el atacante “se radicalizó muy rápido”. Entre los cientos de testigos interrogados, varios mencionaron que el hombre mostró signos de religiosidad.
Bouhlel llegó a Francia desde Túnez en 2005 y regularizó su situación al año siguiente. Se casó con una francotunecina residente en Niza, con la que tuvo tres hijos. Después de un enfrentamiento violento con su mujer, ésta pidió el divorcio y Lahouaiej-Bouhlel se mudó a vivir solo en un barrio popular del este de la ciudad, hace al menos 18 meses. La pareja, en proceso de divorcio, se vestía a la usanza occidental, según los testimonios recabados por la AFP.
Su padre, entrevistado por la AFP en Túnez, había perdido el contacto con su hijo desde hacía tiempo. Pero recuerda a un joven que “no tenía ningún vínculo con la religión. No rezaba, no ayunaba, bebía alcohol e incluso se drogaba”, explicó.
Su padre describió a un hombre que entre 2002 y 2004 tuvo “problemas que le provocaron una depresión nerviosa. Acababa irascible, gritaba, rompía todo lo que tenía delante”. Un habitante del edificio donde vivía lo recuerda como un hombre que “sufría crisis. Cuando se separó de su mujer, defecaba por todas partes, destrozó el osito de su hija con un cuchillo y despedazó los colchones”, explicó.
Fotos: Tomadas por Bohlel dentro y delante del camión usado para la masacre.