Estos datos son parte de un amplio reportaje que se publica hoy y mañana en las ediciones impresas de Diario de Yucatán. Agobiado por rencillas políticas, corrupción y abandono, el mercado San Benito es hoy un enfermo que, en palabras del Ayuntamiento meridano, no sólo opera con números rojos sino con gotas de sangre.
El edificio fue concebido por el Ayuntamiento 2001-2004, que encabezó Ana Rosa Payán Cervera, como parte de un proyecto integral que incluía la demolición del Lucas de Gálvez. Nació con mala estrella, pues el gobierno del Estado, entonces bajo el mando de Patricio Patrón Laviada, no lo veía con buenos ojos. Así, terminó como botín de unos cuantos grupos.
El primer nivel, ocupado a toda su capacidad, es blanco de corruptelas y en los niveles superiores, las paredes son mudo testimonio del vandalismo.
En nuestra barra multimedia encontrará un vídeo relacionado con este trabajo, hecho por la Unidad de Investigación Megamedia.