Al desorden en el transporte urbano por el incumplimiento de los ofrecimientos del gobierno del Estado y el Ayuntamiento se suma un problema que contribuye a un generar un caos en el centro de la ciudad.
Se trata de una nueva invasión silenciosa del comercio ambulante, a tal grado que una zona del primer cuadro da la apariencia de ser un pequeño Tepito, por la variedad de productos que ofrecen los vendedores informales.
Ese corredor comercial ilegal va del parque Eulogio Rosado al Pasaje Emilio Seijo.
Hace unas semanas el Ayuntamiento emprendió acciones para retirar al comercio ambulante y ofreció que los espacios liberados no iban a ser ocupados nuevamente por los vendedores informales.
Sin embargo, estas personas ya volvieron a ocupar las calles y, al parecer, con nuevos bríos.
Como en sus mejores tiempos, los vendedores ocupan sin que nadie los moleste espacios destinados para el uso de los transeúntes. De preferencia se asientan en lugares muy cercanos a los paraderos de autobuses o en sitios con mucha afluencia de personas.
Esto, aunado a la gran cantidad de gente que a diario llega al centro de la ciudad, contribuye a que las aceras rebosen y los transeúntes tengan que bajarse al arroyo vehicular y torear uno que otro automóvil.
Los vendedores ofrecen productos tanto locales como nacionales e importados.
Los hay hechos por manos artesanas y otros que salieron de fábricas asiáticas y llegaron a Mérida por la ruta de comercio trasnacional. También hay artistas callejeros y merolicos que se mezclan con indígenas chiapanecas, muchachos tatuados y mujeres con hipil.
El Centro Histórico ha sido ocupado nuevamente por vendedores callejeros, en todos los espacios que lo permitan están, incluso algunos ya formaron un corredor comercial que va del parque Eulogio Rosado al Pasaje Emilio Seijo.
Ofrecen productos locales, nacionales e importados; hechos por manos artesanas y otros que salieron de fábricas asiáticas y llegaron a Mérida por la ruta de comercio trasnacional.
Modestos vaporcitos, buñuelos y pasteles caseros se exhiben junto con artefactos para teléfonos celulares, aparatos de control remoto y prendas fabricadas por millares en maquiladoras. En ese punto de la ciudad hay artistas callejeros y merolicos que se mezclan con indígenas chiapanecas, muchachos tatuados y mestizas con huipil, todos comparten el espacio y se disputan la clientela.
La mayoría improvisa sus puestos de venta con huacales y tablas, pero los hay que se conforman con poner su mercancía en el piso y sentarse junto a ellas. En contraparte, otros buscan comodidad: parasoles que amarran a las casetas telefónicas y postes, o bien rejillas y palos para improvisar puestos.
Parte de los vendedores están a las puertas de comercios formales como Casa Auias, Farmacias Canto, Ofertodo y Casa Peraza, que en algunos casos vende mercancía similar a la que se exhibe en la calle.
Algunos de esos comerciantes ambulantes indicaron que no tienen opción de empleo, pero hay muchachos y hombres jóvenes que prefieren ese modo de vida a tener patrón y cumplir horarios.
El parque Eulogio Rosado, la Segunda Calle Nueva y parte del Pasaje Emilio Seijo es un visible corredor de venta callejera, su fisonomía cambió y tienen menos espacio para el peatón.
Ahí se ofrecen camisetas, mucbipollos, flores, bisutería, pasteles y flanes así como insumos para velas aromáticas, diademas, entre otros. La mayoría de los precios va de $5 a $25.
En otras arterias del Centro Histórico también hay vendedores callejeros, pero concentrados en los paraderos de camiones o dispersos en puntos que son paso de la gente. Ahí la mercancía más abundante son frutas cortadas, golosinas y otros tipo de alimentos: kibis, grosellas, mango verde, garapiñados...
Tal presencia de comerciantes de la calle surgió en el actual gobierno municipal, el cual ya creó una comisión para estudiar el problema y anunció construir La Pepita del mercado Lucas de Gálvez para reubicar ahí a esos vendedores.-Hansel Vargas Aguilar. hvargas@megamedia.com.mx
El Ayuntamiento creó una comisión para estudiar el problema del ambulantaje.
Facilidades
La gente que compra en esos puestos lo hace porque están a su paso, no necesitan desviarse hacia los comercios establecidos o en dirección a los mercados Lucas de Gálvez y San Benito.
Oferta
Los ambulantes ofrecen artículos como cinturones, juguetes, ropa para bebés, calcetines, bolsos, anillos y adornos diversos.