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A las 13:45 horas, en medio de una tensa calma, los porros pidieron refuerzos. Un reportero del Diario escuchó la llamada telefónica de uno de los sujetos vestidos con camiseta y gorra grises:
"Quiero que me mandes más gente para que empiece la fiesta, pero no me vayas a mandar familias, mándame cabrones... acá somos 25 pero puros hijos de p...., correcto en media hora empieza la fiesta", dijo.
Vecinos de la zona informaron que a dos calles de la irónicamente rebautizada Glorieta de la Paz, observaron cómo llegaron minutos después de las dos de la tarde cuatro camionetas Suburban, algunas con placas del Estado de México, de las que bajaron más de 30 personas que se concentraron junto con otro grupo de igual número.
Con la llegada de los "refuerzos", como ofreció su líder, los porros comenzaron la "fiesta": primero hubo agresiones verbales directas contra los manifestantes y contra integrantes del Partido Acción Nacional.
Poco después, a las 14:22 horas, presintiendo el peligro, los manifestantes comenzaron a retroceder con gritos de "¡paz, paz!", pero el grupo de choque se les fue encima coreando sin parar "¡Ivón, Ivón, Ivón!".
Fueron casi 40 minutos de violencia. Los agresores parecían disfrutar las órdenes de su líder, un sujeto de camisa gris, y dispersaban con lujo de violencia a los manifestantes.
El choque más violento fue los porros desalojaron al grupo (mujeres y personas de la tercera edad) que permanecía apostado sobre la maquinaria.
Una persona que fue agredida regresó a bordo de una camioneta y embistió a los agresores. Unos 70 policías llegaron al lugar a las 3:10, cuando ya se habían retirado los gamberros.
Marisol Canto, consejera de Derechos Humanos, quien además de golpes sufrió el robo de su teléfono, con lágrimas dijo que jamás pensó que en la nombrada Ciudad de la Paz la alcaldesa esté mandando a grupos porriles para golpear a los ciudadanos.
