Publicada: 2 agosto 2011
"¿A quién se quiere encubrir?", se preguntó la abuela materna de la menor A., quien hace unas semanas denunció que fue ultrajada en el Centro de Atención Integral para el Menor en Desamparo (Caimede).
"Si tienen pruebas de que a mi nieta la cambiaban por droga, que las muestren", señaló en un momento de la entrevista.
La abuela de una de las dos menores ultrajadas en el Caimede pide que no se proteja a nadie y que tampoco "se mienta", en alusión de que la menor fue corrompida en casa de la informante.
Esa versión la publicamos de acuerdo con datos proporcionados por el DIF, cuyos trabajadores sociales afirman que han obtenido pruebas que demuestran que la menor A. fue "cambiada por droga" por su padrastro.
"Esta versión sale a partir de que denunciamos que mi nieta fue ultrajada. Es más, estaba denunciando cuando un representante del DIF me localizó y me entregó 'oficialmente' a mi nieta, me dio la custodia que días antes pedía y no me concedían", añadió la entrevistada.
La informante recalcó que el primer momento traumático para su nieta fue cuando agentes de la SSP la detuvieron cuando fue a hacer un mandado, "comprar alitas fritas para comer".
Estaba acompañada de un joven a quien atribuyeron los agentes que la corrompió a cambio de drogas.
"Querían obligar a mi nieta a que diga eso, que la cambiaban por droga, pero no lo hizo", siguió el relato.
El detenido fue consignado por posesión de droga, pero un juzgado penal lo liberó por falta de pruebas.
La entrevistada también relató las peripecias que pasó a fin de localizar a su nieta, tanto en la SSP como en la Fiscalía General, donde la información no sólo era escasa sino que le negaban que tuvieran detenida a la menor.
"Cuando la vi estaba llorando, me dijo que fue maltratada, que fue insultada por los policías y por eso recurrí a (la Comisión de) Derechos Humanos".
En otra parte de la plática, la abuela materna de A. expresó que cuando consiguió hablar con su hija, ya en el Caimede, ésta le dijo que los "custodios y policías" las acechan cuando están en los baños.
"Se lo dicen a las mamis (empleadas que atienden a los menores), pero ellas piden pruebas o callarse", prosiguió.
"Luego se escapó porque abusaron de ella, logró llegar a mi casa y me dijo que algo le pusieron en su comida y su refresco ya que perdió el sentido, y cuando despertó se dio cuenta de lo que le hicieron".
La entrevistada relató que la Fiscalía General ha manejado con lentitud el caso e incluso el DIF ha puesto en duda lo ocurrido, lo que "molesta, molesta mucho porque seguramente se quiere proteger a alguien".
La otra menor que fue ultrajada, como señaló A., fue "recapturada" antes de que llegue con sus familiares, lo que no ocurrió con la nieta de la informante.
No es la primera vez que ocurren casos de este tipo en ese lugar.-