Noticias de Yucatán
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"Yo fui el agredido, véanlo", manifestó Gaspar Antonio Cabrera Montalvo, acusado de intentar ultrajar a su amasia Ana Lydia Reyes Chi.
Los hechos ocurrieron la noche del domingo, en una casa ubicada cerca de la confluencia de las calles 67-D con 114 de la colonia Mulsay.
"Mi ojo izquierdo me duele, los policías me patearon cuando estaba tirado en la cama de la camioneta", indicó el acusado, quien tiene amoratada la parte izquierda del rostro.
"Uno de los policías me pateó en el ojo, en realidad yo fui el agredido", siguió.
La quejosa indica que estaba en su casa cuando su amasio intentó sostener relaciones sexuales por la fuerza, pero ella no lo permitió porque le encontró "chupetones" en varias partes del cuerpo.
La metió al baño, la roció con agua, pero en un momento dado la quejosa salió a la calle y vio que había policías que algún vecino habría llamado por el escándalo.
El detenido niega el intento de ultraje, admite que discutió con su esposa, pero que no la quiso forzar.
"Desde que entraron los policías a mi casa, porque ella les dio permiso, me golpearon", añadió el inculpado, quien no tiene derecho a fianza.
Pidió al Juzgado 7o. Penal, donde se remitió el caso, que haya un careo con la denunciante
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Luego de detenerlo dice que la policía le pateó el rostro Publicada: 7 octubre 2011
Gaspar Antonio Cabrera Montalvo se quejó ayer de abuso policíaco en su detención. Le patearon el rostro (1)
"Yo fui el agredido, véanlo", manifestó Gaspar Antonio Cabrera Montalvo, acusado de intentar ultrajar a su amasia Ana Lydia Reyes Chi.
Los hechos ocurrieron la noche del domingo, en una casa ubicada cerca de la confluencia de las calles 67-D con 114 de la colonia Mulsay.
"Mi ojo izquierdo me duele, los policías me patearon cuando estaba tirado en la cama de la camioneta", indicó el acusado, quien tiene amoratada la parte izquierda del rostro.
"Uno de los policías me pateó en el ojo, en realidad yo fui el agredido", siguió.
La quejosa indica que estaba en su casa cuando su amasio intentó sostener relaciones sexuales por la fuerza, pero ella no lo permitió porque le encontró "chupetones" en varias partes del cuerpo.
La metió al baño, la roció con agua, pero en un momento dado la quejosa salió a la calle y vio que había policías que algún vecino habría llamado por el escándalo.
El detenido niega el intento de ultraje, admite que discutió con su esposa, pero que no la quiso forzar.
"Desde que entraron los policías a mi casa, porque ella les dio permiso, me golpearon", añadió el inculpado, quien no tiene derecho a fianza.
Pidió al Juzgado 7o. Penal, donde se remitió el caso, que haya un careo con la denunciante
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