Noticias de Yucatán
(deuda, despilfarro, mentiras, manipulación, opacidad)
Sin embargo, el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero, que reúne información de otras fuentes, contabiliza un adeudo de $2,015.7 millones, es decir, $186.6 millones más, que ahora nadie sabe a quién se le pidió y para qué. El descubrimiento de este préstamo fantasma ocurre luego de que el secretario de Planeación, Ulises Carrillo, presumiera la "transparencia" en el manejo de la deuda.
La deuda pública de Yucatán al primer trimestre de 2011 era de $2,189 millones y no de $1,829 millones, como afirma el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco, según el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF).
Este es un organismo del gobierno federal creado para analizar la situación financiera del país y prevenir posibles crisis. Lo preside el secretario de Hacienda y lo integran representantes de las comisiones nacionales Bancaria y de Valores, de Seguros y Fianzas y del Sistema de Ahorro para el Retiro; así como del IPAB y del Banco de México.
El CESF contabiliza no sólo los préstamos reconocidos ante la SHCP, que comprometen las participaciones federales, sino los que dejan en garantía las cuotas del agua potable, el impuesto sobre nómina, la tenencia vehicular, etcétera.
Muchos estados, añade la ASF, recurren al endeudamiento a corto plazo con bancos, que luego consolidan a largo plazo, y que no sólo son muy caros, sino que no sirven para crear infraestructura.
El descubrimiento de que la deuda del gobierno estatal es mayor a la reconocida oficialmente contrasta con las declaraciones del secretario de Planeación, Ulises Carrillo, de que Yucatán es ejemplo de transparencia en materia de deuda pública. Este funcionario entregó el lunes al Instituto de Acceso a la Información Pública un "libro blanco" con la información relativa a la deuda con dos bancos, que el presidente de ese instituto, Miguel Castillo, calificó de inédito en todo el país.
(deuda, despilfarro, mentiras, manipulación, opacidad)
Ivonne Ortega sigue el ejemplo de Moreira en Coahuila
Publicada: 28 diciembre 2011
Publicada: 28 diciembre 2011
Ivonne Ortega Pacheco y Luis Hevia Jiménez, el pasado 22 de mayo, en un megafestejo priista por el cuarto año de haber ganado la gubernatura 
(1)
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Siguiendo el ejemplo de Humberto Moreira en Coahuila, Ivonne Ortega Pacheco oculta el verdadero monto del endeudamiento del Estado.
Según documentos del Gobierno Federal, ladeuda pública de Yucatán, registrada en la Secretaría de Hacienda hasta el 31 de marzo de 2011, y reconocida por el propio gobierno local, ascendía a $1,829.1 millones.
El fantasma de Coahuila
Ivonne Ortega esconde préstamos por $187 millones
Publicada: 28 diciembre 2011
Ivonne Ortega esconde préstamos por $187 millones
Publicada: 28 diciembre 2011
Ivonne Ortega Pacheco y Luis Hevia Jiménez, el pasado 22 de mayo, en un megafestejo priista por el cuarto año de haber ganado la gubernatura (2)
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Igual que como lo hizo Humberto Moreira Valdés en Coahuila, el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco oculta el verdadero saldo de la deuda pública estatal, según revelan documentos oficiales.
De acuerdo con un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), hasta el primer trimestre de 2011 la deuda pública de Yucatán reportada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ascendía a $1,829.1 millones, pero el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF), que reúne información de las deudas de todos los gobiernos estatales en el sistema bancario y en otras instituciones, reconoce un endeudamiento de $2,015.7 millones, $186.6 millones de diferencia, equivalentes al 10.2% de toda la deuda anotada en la SHCP.
Esto ocurre cuando, apenas el lunes, el secretario de Planeación, Ulises Carrillo, entregó el llamado "libro blanco" de los préstamos contratados por el gobierno local, presumido como un hecho histórico.
Humberto Moreira reconoció un endeudamiento de $8,329.3 millones ante la SHCP, el 31 de marzo, cuando según el CESF la deuda era de $31,973.1 millones. Como hemos informado, Moreira aumentó exponencialmente el endeudamiento de su Estado sin informar a los ciudadanos y, en algunos casos, mediante la falsificación de documentos.
El caso de Yucatán se parece al de Coahuila en cuanto al ocultamiento del monto real del endeudamiento. Según el documento de la ASF, dado a conocer en junio, al término del primer trimestre de 2011 la deuda pública del Estado registrada en la SHCP ascendía a $1,829.1, dividida así: $1,655.4, deuda del gobierno del Estado; $5.3 millones, deuda municipal y paraestatal avalada por el gobierno y $168.4 millones, deuda de los municipios.
Esta cifra no incluye el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por $2,600 millones, otorgado al gobierno del Estado a mediados de año, y de los que, según las autoridades sólo se dispondrá de $1,300 en esta administración. Tampoco considera el empréstito por $100 millones contratado por el Ayuntamiento de Mérida en julio.
Los gobiernos estatales y municipales deben reportar a la SHCP el monto de su endeudamiento, según el artículo 9 de la Ley de Coordinación Fiscal, pero sólo los préstamos garantizados con las participaciones federales. Los que se garantizan con otros recursos -la recaudación del impuesto a la nómina, la tenencia vehicular, etcétera -, no tienen la obligación de reportarse a las autoridades hacendarias, aunque son parte de la deuda.
El gobierno estatal no reconoce públicamente otros préstamos que no sean los registrados en la SHCP.
De acuerdo con un informe de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), hasta el primer trimestre de 2011 la deuda pública de Yucatán reportada a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ascendía a $1,829.1 millones, pero el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF), que reúne información de las deudas de todos los gobiernos estatales en el sistema bancario y en otras instituciones, reconoce un endeudamiento de $2,015.7 millones, $186.6 millones de diferencia, equivalentes al 10.2% de toda la deuda anotada en la SHCP.
Esto ocurre cuando, apenas el lunes, el secretario de Planeación, Ulises Carrillo, entregó el llamado "libro blanco" de los préstamos contratados por el gobierno local, presumido como un hecho histórico.
Humberto Moreira reconoció un endeudamiento de $8,329.3 millones ante la SHCP, el 31 de marzo, cuando según el CESF la deuda era de $31,973.1 millones. Como hemos informado, Moreira aumentó exponencialmente el endeudamiento de su Estado sin informar a los ciudadanos y, en algunos casos, mediante la falsificación de documentos.
El caso de Yucatán se parece al de Coahuila en cuanto al ocultamiento del monto real del endeudamiento. Según el documento de la ASF, dado a conocer en junio, al término del primer trimestre de 2011 la deuda pública del Estado registrada en la SHCP ascendía a $1,829.1, dividida así: $1,655.4, deuda del gobierno del Estado; $5.3 millones, deuda municipal y paraestatal avalada por el gobierno y $168.4 millones, deuda de los municipios.
Esta cifra no incluye el préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo por $2,600 millones, otorgado al gobierno del Estado a mediados de año, y de los que, según las autoridades sólo se dispondrá de $1,300 en esta administración. Tampoco considera el empréstito por $100 millones contratado por el Ayuntamiento de Mérida en julio.
Los gobiernos estatales y municipales deben reportar a la SHCP el monto de su endeudamiento, según el artículo 9 de la Ley de Coordinación Fiscal, pero sólo los préstamos garantizados con las participaciones federales. Los que se garantizan con otros recursos -la recaudación del impuesto a la nómina, la tenencia vehicular, etcétera -, no tienen la obligación de reportarse a las autoridades hacendarias, aunque son parte de la deuda.
El gobierno estatal no reconoce públicamente otros préstamos que no sean los registrados en la SHCP.
Aparece "préstamo fantasma" yucateco
Contradicción entre el Ejecutivo y los registros oficiales
Publicada: 28 diciembre 2011
Contradicción entre el Ejecutivo y los registros oficiales
Publicada: 28 diciembre 2011
Muchos estados, añade la ASF, recurren al endeudamiento a corto plazo con bancos, que luego consolidan a largo plazo, y que no sólo son muy caros, sino que no sirven para crear infraestructura.
