Otra visión del Centro

13 enero 2013
Noticias de Yucatán ()


"Sería mucho más tranquilo sin tránsito vehicular"

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Trazada desde la fundación de la ciudad para ser su centro político, la Plaza Principal de Mérida y sus alrededores han sido, en distintas épocas, lugar de corridas de toros, escenario para aplicar penas corporales, además de sitio para protestas y festejos de interés general.
Hoy en día, bajo la sombra de sus frescos y frondosos laureles de la india y en los corredores y pórticos de sus edificios aledaños, pasan y descansan miles de meridanos y visitantes, además de que es lugar de trabajo, oficina y sede de múltiples negocios.
Uno de los más antiguos moradores del corazón de Mérida es Miguel Ángel Rivas Montalvo, quien desde hace 40 años labora como mesero en la centenaria “Sorbetería y Dulcería Colón”, ubicada en los bajos del Palacio de Gobierno.
Desde 1972 Miguel Ángel ha sido testigo de primera mano de innumerables hechos históricos en el corazón de la Blanca Mérida. Ha visto desaparecer y aparecer el antiguo y nuevo edificio del Olimpo y cerrar sus puertas a las numerosas cantinas que rodeaban la Plaza Grande.
-Visitar Mérida y no disfrutar un helado o dulce de la Sorbetería Colón, es como no haber venido -dice el decano de los meseros en ese lugar, y a su mente vienen todos los personajes a quien le ha tocado servir, entre ellos a los ex presidentes José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas; a los cómicos Mario Moreno “Cantinflas” y Eulalio González “Piporro”, cantantes, toreros, artistas de cine y televisión, entre otros, sin faltar los últimos siete u ocho gobernadores del Estado y numerosos alcaldes.
Si bien no recuerda con exactitud cuál era el helado preferido de cada uno de ellos, asegura que el de coco, mamey, guanábana y crema morisca son los de mayor tradición entre los yucatecos.
Miguel Angel ha sido testigos de sucesos trascendentales en la historia de la ciudad, como el movimiento ciudadano al no reconocerse el triunfo de Correa Rachó y las protestas campesinas en la época de Dulce María Sauri.
Pero quizás el acontecimiento más importante del que ha sido testigo el antiguo mesero del Colón, fue la visita al Palacio de Gobierno, del Papa Juan Pablo II, cuya cercana presencia le emocionó a pesar de que no lo vio.
“Tengo 68 años de edad, 40 trabajando aquí, ojalá algún día el centro de la ciudad se cerrara al tránsito de los vehículos, pues todo estaría más tranquilo y los niños correrían con seguridad, el pueblo disfrutaría su Centro”, opinó Miguel Ángel.
Lo que no le gusta al trabajador es la cantidad de vendedores ambulantes que llegan a molestar a los clientes, al igual que el creciente número de limosneros que insisten en pedir caridad e incomodan a quienes se sientan a disfrutar de Mérida.
“Es una tradición venir a la plaza a sentarse un rato ya sea en la tarde, en la noche o en la mañana, disfrutar el fresco y ver pasar a la gente, pero no es agradable que te estén molestando pidiendo limosnas o tratando de manera insistente de vender algo”, dijo.
Migue Angel agregó que a los visitantes les gusta Mérida porque es una ciudad “muy tranquila, muy bonita, preciosa y les gusta convivir con nosotros, porque los tratamos bien”.
“Hace poco fue el cumpleaños de nuestra ciudad y yo le doy un fuerte aplauso porque es una hermosa leyenda y un orgullo de todos los yucatecos”, expresó el mesero.
Hernildo Reyes Hu Ramos es otro de los personajes que a diario laboran en el corazón de Mérida. El pasado diciembre cumplió ocho años como “calesero” y, al igual que el mesero del Colón, considera que el centro de la ciudad sí se debe cerrar al tránsito de vehículos automotores, pues se apreciaría mejor sin el severo caos vial que se tiene en las horas pico.
“Cuando se estuvieron reparando las calles se eliminó el paso de los camiones y todo estaba perfecto, se veía bien el Centro Histórico sin problemas viales, sin ruido y sin humo ahora que retornaron de nuevo, con ellos regresaron el caos, las prisas y los peligros”, dijo.
En los últimos años Hu Ramos ha visto disminuir su clientela debido a la entrada del “Turibus”, el cual significa una fuerte competencia para los cocheros.
“Entro el camión de dos pisos al centro y prácticamente nos quito mas del 50% del trabajo, hace ocho años no teníamos competencia.
Hu Ramos asegura que el Centro es muy tranquilo y en el tiempo que él lleva, quitándose a veces cerca de la medianoche, nunca le ha ocurrido algún incidente o robo, en cambio hay más riesgo de sufrir un accidente vial por tanto vehículo que aquí circula.
“Hace unos años una señora platicaba en el atrio de la Catedral, colgó su bulto, se le olvidó y se fue, el policía de crucero lo encontró y al revisarlo vio que tenía más de 30 mil pesos, lo reporto a su superior y el dinero regreso a la señora sin perderse un solo quinto eso me llamo mucho la atención, acá en Mérida todavía hay gente honesta”, platicó Hernildo.
Su oficio le ha permitido conocer a mucha gente famosa, aunque no recuerda sus nombres, los ha visto en telenovelas o en el cine.
“En la pasada telenovela que se filmó aquí en Mérida, yo tuve un papel muy leve, ‘cargue’ en el coche a unos artistas y los lleve a la Ermita, salí en la televisión, aunque de espaldas, pero salí en la novela”.
Aprovecho la entrevista para decir a quienes dicen o piensan que no cuidamos a los animales que me gustaría que algún día vinieran y vean como trabajamos, nosotros vivimos de nuestros caballos y seríamos tontos si no les diéramos una atención adecuada, los atendemos como debe de ser, son nuestro motor y es necesario que estén al cien por ciento, para que puedan laborar, los queremos y los cuidamos, dijo.- Luis Iván Alpuche Escalante.
Centro | Vigilante cotidiano
Un guardia de palacio municipal dice que llega a conocer a la gente que pasa diario por ese lugar.
El Palacio Municipal
Edgar Manuel Rodríguez López trabaja desde hace años en la guardia del Palacio Municipal de Mérida. A diario pasan ante sus ojos numerosas personas que van a sus trabajos por la mañana y regresan por las noches.
Aunque con muchas de ellas nunca ha hablado las llega a conocer tanto que cuando no pasan se extraña.
Para Edgar el centro de Mérida es un lugar muy tranquilo, pero con mucho tránsito, aunque no le gustaría que se cerrara al paso de los autos, pues perdería vida.
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