Ojo con las redes Interacción peligrosa

18 febrero 2013
Noticias de Yucatán ()


Ojo con las redes Interacción peligrosa

Daniel Jesús Carrillo Polanco (*)
En los últimos días el Diario ha publicado notas relacionadas con las inconveniencias en el uso de las redes sociales, entre las cuales figuran fraudes y secuestros.
¿Cómo es posible que sucedan estos hechos? La respuesta es sencilla: gran parte de la responsabilidad la tenemos nosotros mismos, los padres de familia, que no acabamos de entender las implicaciones de estar en una red social.
Pregunto: ¿Se han tomado la molestia de saber si sus hijos ya están en alguna red social? Y en caso de que así fuera, ¿saben con quiénes se están relacionando y cómo? Si las respuestas son negativas, ojo mucho ojo, porque sus hijos o hijas pueden estar en riesgo.
Y no es ser fatalista, pero hoy es necesario tomar conciencia de esta situación que se ha instalado en nuestra sociedad como parte de la globalización; es nuestra obligación estar preparados para entenderla y, sobre todo, afrontarla.
Aunque a muchos les parezca increíble y paradójico, las redes sociales, que se supone son para conocer amigos, en la realidad se ha comprobado que pueden ser el peor medio para lograr este fin.
En el preciso instante que uno se conecta a una red de inmediato comienza la interacción inconsciente con otras personas que están buscando la oportunidad para delinquir, que ya son conocidos como ciberdelincuentes, aprovechando las oportunidades que los propios cibernautas les dan con tanta información que les ponen al alcance.
Hoy día la tendencia entre los jóvenes y los adolescentes es lograr la popularidad inmediata, y con tal de acumular la mayor cantidad de “adeptos” no sólo permiten el acceso a su información a gente desconocida, sino que ellos mismos los invitan a que sean sus seguidores.
Lo anterior significa que en la redes sociales la interacción ocurre entre gente bienintencionada y hasta cierto punto ingenua con otras malintencionadas que ya saben cómo enganchar a sus potenciales víctimas.
Y es que esa ingenuidad se observa cuando alguien hace pública toda la información sobre su persona y su familia, sobre lo que hace y dónde está. Por ejemplo, adolescentes que revelan sus edades, la ubicación de su escuela, y mujeres que sin temor dicen que están solas para buscar “candidatos” y no se dan cuenta de que están dando información “valiosa” para una fechoría del ciberdelincuente.
Se dan casos, por ejemplo, de gente que teniendo su dirección a la vista anuncia un largo viaje con toda la familia a un lugar lejano con tal de presumirlo a sus amigos. ¿Qué creen que están haciendo?
¿En dónde se quedó el sentido de la privacidad? También es paradójico el hecho de que hoy día, cuando hay más delincuencia, la gente ha perdido la conciencia de que su propia seguridad depende de sí misma.
Estar en las redes sociales no es un asunto de juego en el que debamos dejar que nuestros hijos ingresen sin tener conciencia de todos los riesgos a los que se exponen, y lo mismo con nosotros los adultos al proporcionar información que se nos puede revertir con terribles consecuencias.- Mérida, Yucatán.
dajecapo@hotmail.com
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*) Maestro en comunicación política y marketing electoral y consejero estatal del PAN
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