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El papa Francisco recibió el miércoles un flamante auto Lamborghini, pero no lo usará para pasear por los jardines del Vaticano.
En cambio, el ejemplar de la edición especial Huracán será subastado por Sotheby´s y los fondos se destinarán a la reconstrucción de las comunidades cristianas de Irak devastadas por el grupo extremista Estado Islámico, entre otras obras de beneficencia.
Responsables de Lamborghini entregaron el elegante auto, de color blanco y con detalles en oro amarillo, al pontífice argentino delante de su residencia en el Vaticano. Francisco se apresuró a bendecir el vehículo.
El precio mínimo del Huracán, que llegó al mercado en 2014, suele rondar los 183 mil euros. La edición especial fabricada para la labor benéfica papal podría alcanzar una cifra mucho más alta en la subasta.
Francisco viajaba por Buenos Aires, su ciudad natal, en transporte público, y con frecuencia fustiga a la gente que se compra autos o teléfonos celulares último modelo. Dentro del Vaticano viaja en un Ford Focus azul, y en sus viajes al exterior opta por modestos Fiat o Kia en lugar de los ostentosos SUV blindados.
Parte de los fondos que se obtengan con la subasta en Sotheby’s serán para reconstruir viviendas, iglesias y edificios públicos en los Llanos de Níneve arrasados por tres años de combates contra el Estado Islámico. El objetivo es permitir que los cristianos desplazados “puedan regresar por fin a sus raíces y recuperen su dignidad”, explicó el Vaticano.
Otros fondos irán a organizaciones que ayudan a las mujeres obligadas por traficantes a ejercer la prostitución y a las que brindan atención médica en África.
Lamborghini, con sede en Sant’Agata Bolognese, pertenece a la automotriz alemana Volkswagen.
Información de AP