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El pasado sábado 21 de octubre Carlos Amílcar Esquivel Patrón, con lujo de violencia, quiso sustraer a sus hijos menores del Centro de Convivencia Familiar del Estado de Yucatán (Cecofay), ubicado en la colonia Juan Pablo II.
Durante este hecho de violencia familar los menores resultaron lesionados por su propio padre no custodio.
Su ex esposa, Roxana Meyer Esquivel denunció públicamente hace un año en rueda de prensa la presunta peligrosidad de Esquivel Patrón, presidente de la agrupación Recuperando Sonrisas en Yucatán.
En la conferencia de prensa la mujer solicitó ayuda y protección de las autoridades porque consideró que ella y sus hijos corrían peligro. Sin embargo, las autoridades han hecho caso omiso y teme convertirse en la próxima Emma Molina, quien fue víctima de violencia familiar e institucional y finalmente murió asesinada, presutamente por orden de su ex esposo Martín Alberto Medina Sonda, actualmente preso en Villahermosa, Tabasco.
Fuentes cercanas al caso señalan que asustan las similitudes de estos casos de violencia familiar, ya que Carlos Esquivel Patron es presidente de la Asociación Recuperando Sonrisas Yucatán, donde supuestamente protegen a los niños, tal como hizo el ex esposo de Emma Molina, Martín Medina Sonda, quien formó la fundación Paterna, supuestamente también para la defensa de los niños, y ambos han pretendido hacerse pasar por víctimas cuándo en realidad son los victimarios.
De acuerdo con lo que se informó a Yucatán Ahora, Esquivel Patrón agredió y lesionó a sus propios hijos, además de amenazar a su ex esposa. Según sus propias palabras, él tiene una orden de un juez para sustraer y lesionar a sus hijos.
Las mismas fuentes indican que la agrupación que preside le ha servido para presionar a funcionarios o incluso tener acercamientos con ellos, para beneficiarse en el proceso legal.
A pesar de la personalidad violenta de Esquivel Patron, éste se esconde tras la asociación Recuperando Sonrisas Yucatan para influir y ser recibido por autoridades y organizar eventos con otras asociaciones de “dudosa reputación”, ya que protegen y ayudan a Esquivel Patrón.
Los informantes exponen que por la violencia extrema vivida durante el matrimonio, Roxanna Meyer y los menores estuvieron un tiempo en un refugio de mujeres y niños víctimas de violencia del Ayuntamiento de Mérida para protegerlos de las agresiones de Esquivel Patrón.
Fue tanto el acoso que Roxana Meyer y sus hijos sufrieron que tuvieron que salir de Mérida y desde hace tres años, con autorización judicial y la anuencia de Esquivel Patrón, viven en la Ciudad de México, de donde es oriunda Roxana Meyer.
De acuerdo con los informantes, derivado del proceso legal la juez de lo familiar nunca ha tomado en cuenta el bien superior que es el bienestar de los niños y se ha ponderado que prevalezcan las exigencias del padre, quien a base de manifestaciones, cierre de calles, huelgas de hambre y otros eventos de chantaje con su asociación Recuperando Sonrisas presiona a las autoridades para que las sentencias lo beneficien, a pesar de que los menores tengan estén siendo violentados y vulnerados en sus derechos humanos.
El propio Esquivel Patrón se ha negado a convivir con sus hijos en la ciudad que habitan actualmente y los obliga a viajar cada 15 días a Mérida, sin importar que falten a sus clases escolares, a sus actividades extraescolares y aunque estén enfermos.
Los abogados de la ex esposa han interpuesto varios recursos de amparo, y a pesar de que se ya se ha ordenado por la autoridad federal que el padre visite y conviva con los menores en la ciudad que actualmente residen, por alguna causa a favor de Esquivel Patrón se han negado resolverlo.
“Si los últimos acontecimientos de violencia premeditados y planeados por el presidente de Recuperando Sonrisas Yucatán fueron en un Centro de Convivencia Familiar, otra historia sería si hubieran ocurrido en otro escenario. Hoy seguramente estaríamos hablando de otro feminicidio en Yucatán”, concluyen. Con información de Yucatán Ahora
