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Damaris Reyes Rivas, una adolescente salvadoreña de 15 años que vivía en Virginia, fue brutalmente torturada y asesinada por miembros de la Mara Salvatrucha cerca de Washington a principios de año.
Su madre la había traído a Estados Unidos para salvarla de las pandillas, pero este martes tuvo que ver el video en el que sus asesinos la golpearon y acuchillaron en el juicio que se sigue contra 10 acusados por su muerte: cuatro adultos y seis menores. Gracias a esta grabación, uno de ellos fue imputado.
El video se ha convertido en la principal prueba que tienen las autoridades para condenar a los miembros de la pandilla que supuestamente la asesinaron como venganza.
El cuerpo de la menor fue encontrado el 11 de febrero, aproximadamente un mes después de que desapareciera el 8 de enero. Las autoridades creen que fue engañada por un conocido, quien la montó en su auto y la llevó al Parque del Lago Accontink, donde la esperaban los miembros de la MS-13 para reprocharle la muerte de Christian Sosas Rivas, uno de sus miembros con quien ella había tenido relaciones.
Dos de los 10 sospechosos en el asesinato de la joven Damaris Rivas en Virginia. Policía del condado Fairfax, Virginia
En la grabación, que se mostró en la corte, se ve a Damaris con una camiseta negra con la frase "’Ello Darling" y unos jeans. Uno de los pandilleros le enseñó una cuchilla para cigarros y le advirtió, en español, que podía perder un dedo. Además, la amedrentaron diciéndole que tenían un rifle.
Entre gritos y amenazas, le exigieron explicaciones por la muerte de Sosa Rivas, quien había sido asesinado una semana antes acuchillado en el condado de Prince William.
Según las investigaciones, después obligaron a la joven a desnudarse -pese a las gélidas temperaturas- para que sintiera "el frío que sintió Sosa Rivas”. Poco después, la novia del pandillero muerto, Venus Romero Iraheta, de 17 años, le propinó 13 puñaladas en el cuello y el abdomen y le espetó: "Te veré en el infierno". Según el testimonio de una persona cercana al caso, Iraheta también le arrancó un tatuaje de un diamante que tenía como recuerdo de Sosa Rivas.
"Me obligaron a hacerlo"
Las imágenes, que fueron presentadas ante la madre de la adolescente salvadoreña, permitieron que el jurado determinara que Wilmer A. Sánchez Serrano, de 22 años, es culpable de asesinato en segundo grado. Según un agente del FBI, Sánchez también le clavó a la adolescente un palo afilado en el cuello varias veces.
El acusado testificó en su propia defensa y, pese a que admitió su participación en el asesinato de la joven, afirmó que fue engañado para ir al parque y negó ser un miembro de la MS-13. Igualmente, sostuvo que fue amenazado de muerte si no participaba en el asesinato de la adolescente.
"Si lo hice es porque ellos me obligaron a hacerlo", dijo en español.
El jurado lo condenó a 33 años de prisión, si bien un juez determinará una sentencia final el 23 de marzo, según informó el diario The Washington Post.
María Reyes, la madre de Damaris, sacó a su hija de El Salvador en el verano de 2014 para alejarla de las pandillas y poder protegerla, sin embargo, finalmente fue asesinada precisamente por la MS-13.
"Mi hija sufrió mucho. Yo aún estoy sufriendo mucho", testificó Reyes en español, citada por el Post. "A veces veo otras niñas en la calle. Las veo por detrás como si fueran ella, pero se dan la vuelta y es otra. Me encantaría poder tocarla. Me encantaría poder abrazarla", añadió.
Información de Univisión