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La respuesta de Uber ante la iniciativa de la Ley de Movilidad es una crítica que se acerca a un rotundo “no, gracias”.
Luego de que esta propuesta fuera presentada al pleno del Congreso del Estado en pasado martes, todo parecía indicar que la legalización de la aplicación digital de transporte iba a buen término, pero esto resultó lo opuesto.
A través de un mensaje oficial dado a conocer por Uber México, la app señaló que no se encuentra dispuesta a sujetarse a los lineamientos de la Ley de Movilidad y del que podría ser el nuevo órgano rector del transporte, el Instituto de Movilidad.
En el comunicado la aplicación calificó como “discriminadora y restrictiva” las disposiciones que la Ley de Movilidad contempla para la operación de plataformas de transporte, al solicitar unidades con valor mayor a los 230 mil pesos y solo aceptar pago vía tarjeta.
“Esta regulación limitará tanto el servicio y afectará tan drásticamente la experiencia de usuarios y socios conductores que, de aprobarse en todos sus términos, Uber se vería en la necesidad de suspender su operación en el estado de Quintana Roo”, afirmó Federico Ranero, Director General de Uber México.
Pero este tipo de posicionamiento no es nada nuevo.
Yucatán modifico su Ley de Transporte del Estado para permitir la regulación de las aplicaciones de transporte, como Uber, debido al clamor de usuarios y la molestia de taxistas, un panorama similar al de Quintana Roo.
Sin embargo, la aplicación decidió ampararse a la Ley de Transporte, al señalar que su tipo de operación es el intercambio comercial entre particulares y no un servicio público.
Sin embargo, en mayo del 2017, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le dio la razón al gobierno estatal y Uber es un servicio ilegal en el estado vecino, no así otras plataformas digitales, como Cabify, que ha tenido un crecimiento importante.
A esto se suma que en lugares como Querétaro, Baja California y Puebla la aplicación ha buscado presionar a las autoridades para que el servicio sea aplicado tal y como ellos lo desean, es decir, sin acatarse a ningún lineamiento oficial.
La sorpresiva respuesta de Uber ante la iniciativa de regularización de servicios de transporte por medio de una aplicación dejó, literalmente, sin habla a las autoridades estatales.
“Me dejan sin palabras, porque es lo que estaban pidiendo, una regulación”, externó Jorge Portilla Mánica, titular de la Secretaría de Infraestructura y Transporte (Sintra) en entrevista telefónica.
Señaló que la dependencia a su cargo es respetuosa de la ley y estarán esperando lo que el congreso decida.
Por su parte, agremiados del Sindicato de Taxis ‘Andrés Quintana Roo’, mantuvieron su postura en contra de las condiciones de competencia con las que convivirán con Uber, en caso de que se dé la regularización.
Erasmo Abelar Cámara, aspirante a la dirigencia por parte de la planilla verde, señaló que no están en contra de la competencia con la aplicación, pero sí que esta se acate a los lineamientos.
“No se vale que una empresa americana llegue y se lleve el pan de cada día”, indicó.
Por su parte, Alejandro Peralta, aspirante a la dirigencia del mismo sindicato fue enfático al señalar que los taxistas y Uber no pueden coexistir y señaló que agotarán toda instancia legal para evitar la legalización de la aplicación.
Sin embargo, lo cierto es que quizá Uber ni siquiera busque la legalización del servicio en la entidad, pues como lo ha demostrado en Yucatán y otros 59 destinos a nivel mundial, Uber busca trabajar bajo sus propias reglas.
Información de La verdad
