Noticias de Yucatán
Un instructor de paracaidismo murió después de arriesgar su propia vida para salvar la de un alumno cuyo equipamiento falló durante un salto. Carl Marsh, de 46 años, intentó ayudar a Dominic Leeds a abrir un segundo paracaídas de reserva, pero se enredó con el paracaídas principal del estudiante y cayó desde una altura 487 metros, recoge The Telegraph.
La tragedia ocurrió el 29 de abril del año pasado en el centro Black Knights Parachute, ubicado cerca de la ciudad británica de Lancaster, donde aquel día se celebraba una jornada de entrenamiento de paracaidismo en tándem.
Marsh era un instructor experto que había realizado 1.150 saltos en diferentes partes del mundo. Junto con su alumno, saltó desde una altura de 2438 metros, pero cuando Leeds intentó abrir su paracaídas, este se rompió, por lo que Marsh se dispuso a ayudarlo.
"Cuando corté mi paracaídas principal, este se envolvió alrededor de las piernas de Carl", detalló Leeds durante una audiencia judicial. "Miré hacia atrás y vi que Carl estaba girando en espiral con mi paracaídas en la parte inferior de sus piernas".
El juez James Newman concluyó que el trágico incidente era un caso de desventura: "Este es un deporte peligroso y Carl arriesgó su vida deliberadamente para ayudar a su alumno".
Los familiares de Marsh afirmaron que se trataba de un hombre con un "corazón enorme". Su hijo Craig, de 19 años, declaró que "era el mejor padre que podría haber tenido".
Un instructor de paracaidismo murió después de arriesgar su propia vida para salvar la de un alumno cuyo equipamiento falló durante un salto. Carl Marsh, de 46 años, intentó ayudar a Dominic Leeds a abrir un segundo paracaídas de reserva, pero se enredó con el paracaídas principal del estudiante y cayó desde una altura 487 metros, recoge The Telegraph.
La tragedia ocurrió el 29 de abril del año pasado en el centro Black Knights Parachute, ubicado cerca de la ciudad británica de Lancaster, donde aquel día se celebraba una jornada de entrenamiento de paracaidismo en tándem.
Marsh era un instructor experto que había realizado 1.150 saltos en diferentes partes del mundo. Junto con su alumno, saltó desde una altura de 2438 metros, pero cuando Leeds intentó abrir su paracaídas, este se rompió, por lo que Marsh se dispuso a ayudarlo.
"Cuando corté mi paracaídas principal, este se envolvió alrededor de las piernas de Carl", detalló Leeds durante una audiencia judicial. "Miré hacia atrás y vi que Carl estaba girando en espiral con mi paracaídas en la parte inferior de sus piernas".
El juez James Newman concluyó que el trágico incidente era un caso de desventura: "Este es un deporte peligroso y Carl arriesgó su vida deliberadamente para ayudar a su alumno".
Los familiares de Marsh afirmaron que se trataba de un hombre con un "corazón enorme". Su hijo Craig, de 19 años, declaró que "era el mejor padre que podría haber tenido".