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En la iglesia del Santo Sepulcro tuvo lugar la Misa por la Solemnidad del Corpus Christi, presidida por el Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, Mons. Pierbattista Pizzaballa, el pasado jueves 31 de mayo.
La Eucaristía fue concelebrada por el Nuncio Apostólico en Israel y delegado apostólico para Jerusalén y Palestina, Mons. Leopoldo Girelli; el Obispo Auxiliar de Jerusalén, Mons. Giacinto-Boulos Marcuzzo; y el Obispo Auxiliar Emérito de Jerusalén, Mons. Kamal Hanna Bathish.
Las celebraciones con ocasión de esta solemnidad comenzaron desde el 30 de mayo. Los frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa celebraron las primeras vísperas ante el Edículo, el lugar donde según la tradición fue colocado el cuerpo de Jesús, y luego realizaron una procesión a su alrededor con el Santísimo Sacramento.
A la medianoche sonaron las campanas del templo y los franciscanos recitaron una oración especial por el Corpus Christi.
Horas después, durante la Misa celebrada el jueves 31, Mons. Pizzaballa afirmó que en la actualidad, donde “lo inmediato y el ‘aquí y ahora’ son aparentemente una conquista social”, la Eucaristía se torna en un misterio que necesita ser comprendido, requiere tiempo y acogida.
“El misterio de la Eucaristía entra gradualmente en nuestras vidas de una manera cada vez más profunda y más intensa, y forma nuestra manera de pensar, vivir y rezar”, prosiguió.
En su prédica –recogida en el sitio web de la Custodia de Tierra Santa– el Prelado recordó que en la Última Cena Cristo ofrece su cuerpo y su sangre “en un gesto de amor extremo, como signo de alianza, como alimento de salvación, como principio de vida nueva para todos”.
Por ello la Eucaristía “es un regalo para el que debemos prepararnos. Toma tiempo y preparación para entenderlo”.
Además, Mons. Pizzaballa dijo a los sacerdotes que “solo después de años de celebración, solo después de haber sentido la alegría inicial, el cansancio y la soledad, pero también el consuelo del ministerio, se puede comprender mejor y ‘escuchar’ con mayor consciencia la grandeza del ministerio que celebramos: en la Eucaristía el amor es alimento verdadero”.
Luego de la Misa, el Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén encabezó la procesión con el Santísimo Sacramento, que dio tres vueltas al Edículo.
En declaraciones al Christian Media Center (CMC), Mons. Pizzaballa animó a los fieles a acercarse a Jesús como indicó en una ocasión el Papa Francisco: “La Eucaristía nos hace fuertes para dar frutos de buenas obras para vivir como cristianos”.
El CMC señaló que existen diversos lugares dedicados a la Adoración Eucarística en Tierra Santa, como el Pontificio Instituto Notre Dame y la Capilla Armenia de Nuestra Señora del Espasmo, ubicada en el lugar donde según la tradición Jesús se encontró con la Virgen María camino hacia el monte Calvario.
En Nazaret, junto a la Basílica de la Anunciación, los Hermanos Misioneros de la Caridad tienen una capilla para adorar al Santísimo.
“Ya hemos hecho la adoración el sábado, pero como dice Jesús: ‘Si tienes una lámpara, ¿por qué esconderla bajo una mesa? Ponla en un candelero, para que todos los que entren vean la luz’. Jesús Eucaristía es la Iglesia, que no es solo para nosotros, es para todos. Por ello tenemos este lugar, esta capilla donde todos están invitados a venir, para adorar con nosotros”, comentó el P. Jean Marie Boucary. Fuente Aciprensa