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Este viernes, Robert Crosland, un docente de una escuela en Idaho (EE.UU.), fue acusado por cargos de crueldad animal menor luego de que en marzo se abriera una investigación en su contra por haber alimentado con un cachorro a una tortuga mordedora. Crosland quien enseñó biología en el Preston Junio High School durante años, podría enfrentar hasta seis años de cárcel y una multa de 5.000 dólares si es declarado culpable, recoge CBS News.
Las acusaciones contra el profesor surgieron luego de que varios padres de sus alumnos señalaran que el cachorro que dio a comer a la tortuga estaba vivo. Una de las madres afirmó para el The Preston Citizen que el can tenía una enfermedad terminal y su dueño se lo había entregado al maestro. Su muerte era inminente y Crosland decidió dárselo de comer al reptil en una demostración gráfica a sus estudiantes del ciclo de la vida, subraya The Washington Post.
Varias semanas después, los oficiales del estado decomisaron la tortuga y la sacrificaron por tratarse de una especie no nativa. La historia provocó reacciones en contra y a favor del docente. Por un lado, Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) calificó de "matón" a Crosland, mientras que otros firmaron una petición en su apoyo, alegando que "enseñó la ciencia de una manera nueva" y que "realmente ama su trabajo".
Este viernes, Robert Crosland, un docente de una escuela en Idaho (EE.UU.), fue acusado por cargos de crueldad animal menor luego de que en marzo se abriera una investigación en su contra por haber alimentado con un cachorro a una tortuga mordedora. Crosland quien enseñó biología en el Preston Junio High School durante años, podría enfrentar hasta seis años de cárcel y una multa de 5.000 dólares si es declarado culpable, recoge CBS News.
Las acusaciones contra el profesor surgieron luego de que varios padres de sus alumnos señalaran que el cachorro que dio a comer a la tortuga estaba vivo. Una de las madres afirmó para el The Preston Citizen que el can tenía una enfermedad terminal y su dueño se lo había entregado al maestro. Su muerte era inminente y Crosland decidió dárselo de comer al reptil en una demostración gráfica a sus estudiantes del ciclo de la vida, subraya The Washington Post.
Varias semanas después, los oficiales del estado decomisaron la tortuga y la sacrificaron por tratarse de una especie no nativa. La historia provocó reacciones en contra y a favor del docente. Por un lado, Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) calificó de "matón" a Crosland, mientras que otros firmaron una petición en su apoyo, alegando que "enseñó la ciencia de una manera nueva" y que "realmente ama su trabajo".