Noticias de Yucatán. Noticias de Hoy
Caminar por la capital del antiguo paraíso petrolero que fue Tabasco es peligroso en la noche o en el día. Así lo advierten vecinos, comerciantes o amigos que viven como si tuvieran un manual de supervivencia antirrobo: no traer el teléfono en la mano, no distraerse, no salir de casa si no hace falta, no ir al cajero automático sin compañía, no volver a comprar un carro si te lo han robado más de dos veces.
Aquí, hay un elector que no tiene credencial para votar, pero podría definir los comicios: el miedo, según explica la directora de Análisis y Estadística de Observatorio Ciudadano Tabasco, Julia Arrivillaga Hernández
“Habrá un voto de miedo y un voto de castigo, eso es lo que se va a ver en Tabasco por la falta de seguridad. Los tabasqueños vivimos con miedo y tememos salir a la calle”, comenta en entrevista.
En Tabasco, donde el próximo domingo se elegirá al nuevo gobernador, no hay presencia importante del crimen organizado; sin embargo, el 90% de los tabasqueños se siente inseguro según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi de diciembre de 2017.
Francisco Alfonso Velázquez Brindis, de 54 años de edad, vive y maneja su negocio en la calle de Ocampo, a dos cuadras de la Plaza de Armas, sede del congreso local y del Palacio de Gobierno.
En el último año, creó un chat de WhatsApp en el que participan 26 vecinos para alertarse sobre la presencia de personas sospechosas en su calle y avisarse de los asaltos que ocurren a toda hora, incluso cuando hay misa.
El vendedor de bienes raíces ha tenido que aprender a disparar un arma y a manejar el machete; es la única forma que él y sus vecinos han encontrado para defenderse y están dispuestos a linchar delincuentes.
Con tristeza recuerda los años en que los vecinos se quedaban a platicar en la calle hasta entrada la noche; hoy, eso no es posible.
“En la calle donde vivimos padecemos de cinco a seis asaltos diarios (...) en casa de un vecino se metieron a robar dos días seguidos y por eso vamos a tomar otra medida, ir a la Sedena, en la Ciudad de México, a comprar pistolas registradas, para tener con qué defendernos”, lamenta.
La entidad tiene 2.4 millones de habitantes, según el Inegi en 2015, es decir, la misma cantidad de personas que habitan en las delegaciones Cuauhtémoc e Iztapalapa, de la Ciudad de México.
Su población representa la sexta parte de quienes vieron el partido México-Alemania del Mundial, y apenas el doble de quienes vieron el primer capítulo de la serie de Luis Miguel.
Aún así, en esta entidad se cometieron 9.3% de los asaltos denunciados en todo el país, 6.7% de todos los secuestros, 6% de los robos a negocio, 4.5% de los robos con violencia.
Arrivillaga Hernández, del Observatorio Ciudadano Tabasco, explica que el incremento en la inseguridad se ha percibido desde hace aproximadamente tres años y que aunque no hay presencia del crimen organizado, lo que más pega a los ciudadanos son los delitos del fuero común, que han incrementado de la mano del desempleo y la inestabilidad económica.
“La diferencia de Villahermosa con otras ciudades es que aquí salir a la calle es peligroso. En Tamaulipas el problema es entre la delincuencia organizada, si caminas por la calle y hay un enfrentamiento, corres peligro. Aquí sales a la calle y simplemente ir al cajero es un riesgo. No va a tener ningún problema el asaltante en dispararte o lastimarte”, narra.
Caminar por la capital del antiguo paraíso petrolero que fue Tabasco es peligroso en la noche o en el día. Así lo advierten vecinos, comerciantes o amigos que viven como si tuvieran un manual de supervivencia antirrobo: no traer el teléfono en la mano, no distraerse, no salir de casa si no hace falta, no ir al cajero automático sin compañía, no volver a comprar un carro si te lo han robado más de dos veces.
Aquí, hay un elector que no tiene credencial para votar, pero podría definir los comicios: el miedo, según explica la directora de Análisis y Estadística de Observatorio Ciudadano Tabasco, Julia Arrivillaga Hernández
“Habrá un voto de miedo y un voto de castigo, eso es lo que se va a ver en Tabasco por la falta de seguridad. Los tabasqueños vivimos con miedo y tememos salir a la calle”, comenta en entrevista.
En Tabasco, donde el próximo domingo se elegirá al nuevo gobernador, no hay presencia importante del crimen organizado; sin embargo, el 90% de los tabasqueños se siente inseguro según la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi de diciembre de 2017.
Francisco Alfonso Velázquez Brindis, de 54 años de edad, vive y maneja su negocio en la calle de Ocampo, a dos cuadras de la Plaza de Armas, sede del congreso local y del Palacio de Gobierno.
En el último año, creó un chat de WhatsApp en el que participan 26 vecinos para alertarse sobre la presencia de personas sospechosas en su calle y avisarse de los asaltos que ocurren a toda hora, incluso cuando hay misa.
El vendedor de bienes raíces ha tenido que aprender a disparar un arma y a manejar el machete; es la única forma que él y sus vecinos han encontrado para defenderse y están dispuestos a linchar delincuentes.
Con tristeza recuerda los años en que los vecinos se quedaban a platicar en la calle hasta entrada la noche; hoy, eso no es posible.
“En la calle donde vivimos padecemos de cinco a seis asaltos diarios (...) en casa de un vecino se metieron a robar dos días seguidos y por eso vamos a tomar otra medida, ir a la Sedena, en la Ciudad de México, a comprar pistolas registradas, para tener con qué defendernos”, lamenta.
La entidad tiene 2.4 millones de habitantes, según el Inegi en 2015, es decir, la misma cantidad de personas que habitan en las delegaciones Cuauhtémoc e Iztapalapa, de la Ciudad de México.
Su población representa la sexta parte de quienes vieron el partido México-Alemania del Mundial, y apenas el doble de quienes vieron el primer capítulo de la serie de Luis Miguel.
Aún así, en esta entidad se cometieron 9.3% de los asaltos denunciados en todo el país, 6.7% de todos los secuestros, 6% de los robos a negocio, 4.5% de los robos con violencia.
Arrivillaga Hernández, del Observatorio Ciudadano Tabasco, explica que el incremento en la inseguridad se ha percibido desde hace aproximadamente tres años y que aunque no hay presencia del crimen organizado, lo que más pega a los ciudadanos son los delitos del fuero común, que han incrementado de la mano del desempleo y la inestabilidad económica.
“La diferencia de Villahermosa con otras ciudades es que aquí salir a la calle es peligroso. En Tamaulipas el problema es entre la delincuencia organizada, si caminas por la calle y hay un enfrentamiento, corres peligro. Aquí sales a la calle y simplemente ir al cajero es un riesgo. No va a tener ningún problema el asaltante en dispararte o lastimarte”, narra.
Fuente: El universal