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Retomar la costumbre del caleado del patio y el uso de pabellones para dormir podrían reducir de manera importante los casos de mal de Chagas en el estado, afirmó Juan Ortiz Rivera, responsable estatal del programa de Chagas de la Secretaría de Salud de Yucatán (SSY).
El especialista refirió que estas costumbres de antaño se han olvidado poco a poco, incrementando el riesgo de la presencia de los parásitos que generan esta enfermedad, lo que pone en riesgo a miles de personas en Yucatán.
“Es importante mantener el patio limpio y también se puede hacer el caleado de las viviendas, práctica que se ha dejado de hacer. Esto ayuda hasta un 60% a reducir el contacto con la chinche. También se puede regresar al uso de pabellones, ya que esto evita el contacto con el insecto, principalmente en los niños”, explicó.
El especialista explicó que el parásito se alimenta de sangre por lo que suele alimentarse de animales de traspatio y otros domésticos, aunque refirió que también puede consumir sangre humana.
“Cuando hay animales de traspatio hay posibilidad de que haya chinches, sobre todo en el interior del estado. Se recomienda mantener lejos a los animales, así como la limpieza de artículos en la casa”, refirió.
En cuanto a la enfermedad, mencionó que los insectos portadores del parásito que provoca el mal de Chagas, lo transmiten a través de sus eces fecales cuando el huésped se rasca, provocando la inoculación, aunque explicó que no todos los insectos son portadores.
Explicó que en su fase aguda, el parásito empieza a reproducirse por 45 días en los que hay algunos síntomas como temperatura elevada, peso bajo o malestar, aunque no todos los casos los presentan.
En la fase asintomática, mencionó, no hay síntomas hasta por 20 años, aunque en la fase crónica, el parásito ya se alojó en un órgano como el corazón o el hígado, los cuales afectados por este, puede propiciar la muerte de la persona.
El Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) refirió que hasta el 12 de mayo se han confirmado seis casos de mal de chagas en su fase aguda, de los que son 3 mujeres y 3 son hombres, cifra que tiene un repunte en comparación con 2017, pues en el mismo periodo no se registró ningún caso.
En su fase crónica, ya van 14 en lo que va del año, según el Sinave, cantidad menor a los 27 que había en la misma época pero del año anterior.
En ese tenor, Ortiz Rivera pidió a los ciudadanos estar al pendiente de dos puntos clave: si se entró en contacto con el pic, se presenta una inflamación del párpado, cuando este ocurrió cerca de la cara. El segundo, es que la picadura que deja es grande, se irrita y ocasiona molestias por siete días.
“Es importante identificar el riesgo en la fase aguda. Si hay contacto con la chinche, es importante notificarlo al programa de Chagas, de modo que podamos hacer toma de muestra y descartar si se tiene el parásito”. “Si aprecia alguna chinche, esta se puede eliminar con un insecticida y desecharla con una bolsa de plástico, evitando el contacto con la piel”, mencionó.
Refirió que existen brigadas del programa de chagas, las cuales acuden a verificar las condiciones del tipo de hogar de la persona, ante un caso sospechoso, al tiempo que también se veifica que se haga un análisis de sangre para confirmar si éste es positivo.
Luego, se determina si el paciente es candidato para el tratamiento para el cual se aplican antiparasitarios o a través de método orgánico para combatirlos. Reporteros Hoy