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CIUDAD DE MÉXICO.- Mayra Arena es una mujer que de niña hacía pipí en el bidé… no por maleducada, sino porque no sabía cuál es su función. ¿Por qué? La razón es que ella no tenía baño en casa y nunca había visto uno con bidé.
¿Por qué? Mayra creció dentro de la pobreza extrema en Argentina.
Sin embargo, muchos años después, esa misma niña que hoy es una mujer se “superó” y estudió Ciencias Políticas. Sí, ella que creció -según sus propias palabras- con “todos los clichés de la pobreza”, dio una conferencia sobre la pobreza.
Con esta charla, Mayra Arena nos propone una reflexión sobre aquellos prejuicios desde los que suele mirarse a la pobreza. Lo narra en primera persona, compartiendo su propia experiencia de nacer y crecer en uno de los barrios más pobres de Bahía Blanca, en Argentina.
Mayra Arena nació en Bahía Blanca y es estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Se hizo conocida en el ámbito local a raíz de su profunda carta titulada “Los beneficios de ser pobre”, donde relata, con crudeza y en primera persona, vivencias propias de la vida en la villa, generando el contrapunto entre la pobreza y la marginalidad.
Esa nota se viralizó rápidamente y abrió la puerta a conocer otras reflexiones de Mayra en torno a problemáticas sociales y económicas.
En esta charla, Mayra se hace varias preguntas a las que les da luz conforme pasan los minutos:
“¿Qué tienen los pobres en la cabeza?”
Ella sabe que la sociedad se lo pregunta “cuando los ven tener muchos hijos, cuando los ven ser violentos… pero sobre todas las cosas cuando ven que los pobres seguimos siendo pobres”.
“¿Por qué los pobres no salimos de la pobreza?, ¿por qué repetimos las historias?, ¿nos gusta vivir así?
Ella brinda algunas respuestas, por ejemplo, que si los pobres se compran objetos estrafalarios es por ciertas razones muy válidas para ellos.
Ofrece, también, otras respuestas sobre la educación, sobre los hijos y la violencia, vistas desde la perspectiva de una vida paupérrima.
Pero, ¿estas respuestas, aunque válidas para algunos, justifican ciertas acciones?
La incesante caída en círculos viciosos tanto de quienes son pobres como de quienes no, provoca que no nos escandalicemos ante la pobreza, como Mayra afirma.
Es una injusticia que a los pobres se nos condene por no ser educados, pero nadie se pregunta jamás si recibimos educación”.
¿Qué dicen las cifras?
Según el estudio de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), “¿Un ascensor social descompuesto? Cómo promover la movilidad social”, un niño de una familia pobre necesitaría por lo menos cinco generaciones para alcanzar un nivel medio de ingresos, en promedio en los países que forman parte del organismo.
Entonces, uno de cada tres niños con un padre que percibe bajos ingresos también tendrá bajos ingresos.
En el caso de México, el reporte establece que el país parece tener relativamente menos movilidad social (movimiento de personas de un nivel socioeconómico a otro) que otros países de América Latina o economías emergentes.
Durante el periodo de cuatro años analizado para el reporte, del total de personas en la categoría de ingresos más baja, el 60% de los individuos permaneció en el mismo nivel, mientras que el 70% de los más ricos se mantuvo en esa categoría.
En este diagnóstico influyen diversos factores: claramente el nivel social y económico de los padres, la percepción de movilidad social, y hasta el pesimismo.
Pero también los altos niveles de pobreza e informalidad, las bajas tasas de participación femenina en el mercado laboral, la insuficiente calidad educativa en las áreas más desfavorecidas y la exclusión financiera.
Con respecto a la charla de Mayra hay algunas opiniones encontradas, porque hay muchas verdades, pero también ¿verdaderas justificaciones? Fuente:dineroenimagen.
