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Australia.- La búsqueda de la pequeña Layla comenzó hace cuatro años. La niña de siete años desapareció durante un fin de semana que visitaba a su padre, y desde aquel día del 2014 no se sabía nada de ella.
Sin embargo, la investigación que desde entonces quedó abierta en Australia dio frutos, pues el día lunes 1 de octubre, la Policía Federal Australiana informó que la menor había sido localizada. De acuerdo con las autoridades, Layla fue vista viviendo con una comunidad aborigen en Woorabinda, Australia; fue un familiar quien la reconoció.
A pesar de haberla encontrado, no todo es felicidad. Col Chapma, experto en secuestro de niños, y colaborador en la búsqueda de Layla, dijo a The Morning Bulletin que la familia de Layla está preocupada por su hija, pues a sus 12 años, no va al colegio y se le dificulta mucho leer y escribir.
Antes de encontrarla, su papá dijo por mucho tiempo que la desaparición de la niña se trataba de un rapto por parte de una red de pedofilia compuesta por policías, masones y abogados.
Aún no se esclarece cómo fue que la menor terminó formando parte de una comunidad aborigen.
Australia.- La búsqueda de la pequeña Layla comenzó hace cuatro años. La niña de siete años desapareció durante un fin de semana que visitaba a su padre, y desde aquel día del 2014 no se sabía nada de ella.
Sin embargo, la investigación que desde entonces quedó abierta en Australia dio frutos, pues el día lunes 1 de octubre, la Policía Federal Australiana informó que la menor había sido localizada. De acuerdo con las autoridades, Layla fue vista viviendo con una comunidad aborigen en Woorabinda, Australia; fue un familiar quien la reconoció.
A pesar de haberla encontrado, no todo es felicidad. Col Chapma, experto en secuestro de niños, y colaborador en la búsqueda de Layla, dijo a The Morning Bulletin que la familia de Layla está preocupada por su hija, pues a sus 12 años, no va al colegio y se le dificulta mucho leer y escribir.
Antes de encontrarla, su papá dijo por mucho tiempo que la desaparición de la niña se trataba de un rapto por parte de una red de pedofilia compuesta por policías, masones y abogados.
Aún no se esclarece cómo fue que la menor terminó formando parte de una comunidad aborigen.
