Por Alberto Saavedra
El PRI aún se soba la quijada después del golpe electoral que recibieron el primero de julio. Uno de los rechazos más fuertes al partido se dio en el congreso del Estado de México, de tradición estrictamente priista, y que ahora tiene una mayoría de Morena, el partido de izquierda que gobierna el país desde el primer día de diciembre. Con esta mayoría, los legisladores morenistas buscan quitarle privilegios al PRI en el estado.
Gobernados por Alfredo del Mazo, primo del expresidente Enrique Peña Nieto, los mexiquenses han visto cómo buena parte de los recursos del estado se van en protección especial y privilegios para los exgobernadores del Estado de México. Ahí han liderado el gobierno personajes como Eruviel Ávila, Enrique Peña, Arturo Montiel, César Camacho, entre otros. Todos con pensión después de gobernar y con protección privada especial que los acompaña aún después de abandonar el cargo. Esto contrasta con las finanzas del estado, que es uno de los más pobres y peligrosos del país.
Los morenistas del congreso mexiquense aseguran que estos privilegios los mantienen seis exgobernadores del Estado de México, por lo que ya operan para anularlos. “Ninguna pensión, bono o remuneración indebida servidores públicos, resulta compatible con el deseo de transformador de vigencia a los principios de la nación; igualdad y austeridad”, dijo Azucena Cisneros, morenista y presidenta de la mesa directiva en el congreso mexiquense. Para simular discursos con el presidente López Obrador, Alfredo del Mazo decidió bajar su sueldo, sin tocar estos privilegios que el tendría al terminar su administración.
Los partidos opositores al PRI en el congreso del Estado de México aseguran que hay pensiones disfrazadas de apoyos para los exmandatarios del territorio (todos priistas). Desde choferes a toda hora, secretarias personales y elementos de seguridad, los hombres que gobernaron el Estado de México continúan con una vida de privilegiosque se extiende después de su sexenio y de por vida. Legalmente se nombra a esto como “premios y recompensas por servicios eminentes o importantes prestados al estado”.
A diferencia de las pensiones presidenciales, en el Estado de México ya ley sí marca beneficios para los exgobernantes. “Apoyos mínimos para la preservación de su integridad y seguridad y para el desarrollo de sus actividades personales, una vez concluido tan honroso y alto cargo”, comenta el documento que dio origen a estos apoyos. Además, se argumenta bien que contarán con chofer, secretaria y tres personas de apoyo para sus actividades después de gobernar. Para los morenistas están son pensiones encubiertas, justificadas mediante excusas carentes de sentido.
Por lo tanto, la mayoría de los morenistas en el congreso del Estado de México ya alistan la suspensión de estos privilegios que por ley estaría gozando Enrique Peña Nieto después de abandonar la presidencia. Recordemos que a la llegada de López Obrador al poder, sus mayorías en el congreso lo ayudaron a empujar su promesa de campaña que pone fin a las pensiones presidenciales. Claramente, los priistas en el congreso mexiquense están furiosos con la decisión.
Cisneros asegura que cada exgobernador del Estado de México cuenta con 32 funcionarios del gobierno a su disposición, todos con nóminas pagadas desde la administración mexiquense. Los salarios de cada uno van desde los 15 hasta los 40 mil pesos mensuales, todo gracias a estas pensiones disfrazadas que garantizan una vida de lujo para los exgobernadores del Estado de México. Morena promete ponerle fin a esta práctica de inmediato.
Con información de Breaking.