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Gracias a que el dueño vio otras vasijas similares, se dio cuenta que se trataba de una antigüedad.
Hace unos años, Karl Martin de Derbyshire, Inglaterra, buscaba un recipiente para colocar en él su cepillo de dientes y pasta; caminando por una venta de garage cercana a su casa encontró dos recipientes que le parecieron perfectos y uno de ellos lo colocó en el lavamanos de su baño. Por ambos pagó sólo cien pesos (4 libras).
Pero una de las vasijas no era un simple objeto viejo. Tras cinco años de estar expuesto a la pasta de dientes y el agua, Martin descubrió que poseía una verdadera antigüedad.
Por paradójico que parezca, el hombre trabaja en Antiques Roadshow así que continuamente manipula objetos importantes para la historia. Un día estaba en ayudando a James Brenchley, experto en antigüedades de Hansons, a descargar una camioneta y notó había cerámicas similares a su olla para el cepillo de dientes.
A pesar de que Martin se imaginaba que poseía un artículo viejo, durante cinco años no se dio cuenta qué tanto lo era hasta que lo hizo examinar por Brenchley que confirmó la sospecha y agregó impresionantes detalles.
La vasija perteneció a la civilización Harappan del valle del Indo y tiene aproximadamente 4 mil años de antigüedad.
Hasta el momento no se sabe nada sobre cómo el artefacto terminó en aquella venta de garage, pero Martin logró vender el artículo en una subasta de Hansons en un poco más de 2 mil pesos (80 libras).
Fuente Science Alert