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Una mujer con discapacidad, quien se identifica en redes sociales como Jen Bau Med, y estudia Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, subió una queja a su cuenta de Facebook en la que relata la discriminación de la que fueron objeto ella y su amiga Karen Rodríguez, por parte de un conductor de la aplicación Didi.
Esta es la historia:
Conductor de #DIDI nos negó el servicio a Karen y a mí y ya estábamos a bordo del auto.
Esta mañana rumbo a nuestro trabajo debido a la demanda de una aplicación de transporte, Karen y yo decidimos probar el servicio de DIDI y lamentablemente tuvimos una experiencia indignante, frustrante y de impotenciacon el conductor de nombre Javier Enrique, auto Ford EcoSport placas MPU4679.
Lo esperamos en la esquina de Av. paseo de la Reforma y Monte Elbruz el conductor tardó 15 minutos en llegar y escribió un mensaje para avisarnos que ya estaba cerca y que estuviera lista para abordar, posteriormente me llamó y le explique que somo dos personas con discapacidad, que se podía estacionar para subirnos.
Cuando llegó comencé a abordar en la puerta delantera y le expliqué cómo desarmar la silla para subirla, mientras tanto, Karen ya había desarmado su silla para hacer el abordaje más rápido, el conductor solo debía subir el cuadro a la cajuela, por lo que ella le pidió que no la volteara ya que en la parte de abajo tiene una bolsa donde lleva sus cosas y podrían caerse, el conductor ignoró la petición que se le hizo y Karen le volvió a pedir que no la volteara, había mucho ruido pues estábamos justo sobre la avenida, los coches y camiones estaban pasando, el conductor volvió a voltear la silla y se cayeron algunas cosas.
Karen le volvió a pedir que no lo hiciera, el conductor dijo que atrás no cabia así y Karen le pidió que le pasara las llantas para que los cuadros de las sillas fueran en la cajuela, pero el conductor comenzó a gritarle “sí pero no me grites!” y lo repitió varias veces por lo que Karen respondió “no te estoy gritando solo te estoy pidiendo que no tires mis cosas”, posteriormente azotó la puerta de la cajuela, entró al auto y azotó la puerta también, le dijimos que no había subido la otra silla y dijo “¡no la voy a subir!“ a lo que respondí “¿entonces no nos vas a llevar?” y dijo que no por que le habíamos gritado, negandonos así el servicio, se bajó nuevamente del auto y comenzó a hablar por télefono, le repetía a alguien “¡no las voy a llevar, ya están arriba pero no las voy a llevar!” después de colgar armó nuestras sillas para bajar, una vez abajo el se quedó estacionado como 3 minutos más, lo vimos hablar por telefóno todo el tiempo y se retiró.
Aproximadamente 5 minutos después recibí una llamada por parte de DIDI y le conté a la operadora lo sucedido y me comentó que no sabía nada de eso y que el conductor había hablado para decirle que en su último viaje había perdido el telefóno y que yo era su última pasajera, por lo que le recalque a la operadora que el único celular que vimos era el que uso todo el tiempo para hablar por teléfono, ella dijo que solo le daba seguimiento a la llamada que les había realizado el conductor.
Nos parece completamente reprobable la acción de este conductor, la atención que recibimos no es la que la DIDI ofrece, y además dice que le robamos su teléfono, cuando después de que nos bajó estuvimos ahí esperando otro transporte. Excélsior