Cuatreros (ladrones de
ganados) hicieron de las suyas en un rancho de Dzidzantún al llevarse una vaca
preñada para matarla y llevarse su carne.
Según los hechos, Ramiro
Medina, empleado del rancho “Loreto”, al llegar a su trabajo ubicado entre la
comisaría San Francico Manzanilla y Mina de Oro, descubrió una gran víscera
tirada en el zacatal, por lo que dio aviso al dueño del rancho Andrés
Villanueva, quien a su vez reportó lo sucedido a las autoridades municipales.
Las primeras averiguaciones indican que presuntamente
los sujetos ingresaron al rancho donde capturaron a una vaca preñada de 450
kilogramos, y posteriormente la sacrificaron para llevarse toda la carne.
Al lugar llegó el director de la policía José Zapata en compañía de otros oficiales quienes tomaron datos de los hechos y solicitaron a los afectados interponer una denuncia ministerial para iniciar una carpeta de investigación.