Niños huérfanos de entre seis y 11 años fueron
expulsados de su escuela en la ciudad de Surakarta por tener el virus del
VIH, que contrajeron de sus madres al nacer. Según las autoridades educativas
de la ciudad, el instituto no tuvo otra opción, ya que la información sobre los
14 niños se hizo pública y todos los padres amenazaron con sacar sus
hijos del centro si no se les apartaba.
No es el primer caso de este tipo que se
registra en Indonesia. En octubre pasado, el miedo de padres a que sus
hijos se contagiaran del VIH llevó a que una escuela de la isla de Sumatra
expulsara a tres huérfanos seropositivos.
En Indonesia viven 620.000 personas diagnosticadas con VIH,
según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA. De estos,
14.000 son niños de hasta 14 años.
El estigma y la discriminación hacia los portadores del
virus en el país asiático son alimentados, entre otros factores, por el
desconocimiento y la gran penetración religiosa. Estamos hablando de la nación
con más musulmanes del mundo, ya que cerca del 90 % de sus más de 260 millones
de habitantes profesan el islam. Y los sectores más tradicionales siguen
asociando al virus con promiscuidad sexual, homosexualidad y abuso de alcohol y
drogas.
Los menores viven en un albergue regentado por una fundación
que procura defender los derechos de los niños en el país asiático. A pesar de
los esfuerzos, no se les ha logrado encontrar un nuevo lugar dónde estudiar.
"Ellos me siguen preguntando: '¿Cuándo regresaremos a
la escuela?'", lamenta el director de la fundación Yayasan Lentera
Surakarta, Yunus Yayasan. "Estos niños han enfrentado muchos obstáculos.
Creo que no hay necesidad de ocultar la ubicación de la próxima escuela a la
que asistan, si somos abiertos, todos conocerán su condición y podríamos educar
a la gente para que supieran que el virus está dentro de sus cuerpos y que no
se contagiará a otros fácilmente", opina.
En todo el mundo, alrededor de 3 millones de niños y jóvenes de hasta 19 años viven con el VIH. Y aunque las estrategias mundiales de salud pública han reducido significativamente el número de nuevas infecciones, el gran reto pendiente es que la discusión respecto al virus no sea silenciada y que los casos no acaben en discriminación.