Seguro de niña escuchaste más de una vez: “¿Cuándo has visto
un conejo con lentes?”, para convencerte de comer zanahorias y tener
una buena visión. Pero estos vegetales son buenos para otras cosas, si
redujiste tu dosis de tu niñez a ahora, te contamos las propiedades de la
zanahoria, para que vuelvas a incluirlas en tu alimentación.
Las zanahorias son de los vegetales favoritos de
niños y adultos, pues su sabor dulce las hace parecer más una fruta
que una verdura, además, gracias a su forma y textura, son fáciles de
llevar para el lunch o snack, sin olvidar que tienen menos calorías que
otras opciones como galletas o papitas.
Según el sitio Eroski Consumer, los historiadores ubican el
origen de esta hortaliza en Afganistán, pues este país tiene
una gran variedad. Este es un dato curioso, pues aunque la zanahoria
naranja es la más común, existen diferentes tipos, como las moradas o
amarillas.
Una de las características principales, además de
su forma, es que podemos encontrarlas prácticamente todo el año, aunque se
recomienda que la mejor época para comerlas crudas es en primavera,
cuando son más tiernas y tienen un sabor más dulce. En cuanto a
sus propiedades nutricionales, contiene:
- Carotenos, como beta-caroteno, un pigmento
natural que el cuerpo transforma en vitamina A. De hecho, es popular por
ayudar a obtener un mejor bronceado, aunque también es efectiva para
prevenir ciertos cánceres, entre ellos el de mama, enfermedades
del corazón y cataratas.
- Vitamina E, la cual es antioxidante y sirve
para proteger a las células, tejidos y órganos del daño de los
radicales libres, relacionados con el envejecimiento. Y no sólo eso, según
el sitio MedlinePlus, esta vitamina también ayuda a fortalecer el sistema
inmune.
- Vitaminas del grupo B (folatos y B3). Los folatos ayudan
al crecimiento de los tejidos, formación de glóbulos rojos, producción
de ADN, así como a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas en conjunto
con vitamina B12 y C. Mientras que la vitamina B3, es aliada del sistema
digestivo y sistema nervioso, ayudándolos a funcionar correctamente.
- Potasio. Este mineral es básico para
tu cuerpo, pues ayuda a la función de los nervios y contracción
de los músculos, entre ellos el corazón, gracias a él el ritmo cardiaco es
constante.
- Falcarinol. Un protector ante el desarrollo
de algunos tumores; la recomendación es cocerla entera y después trocearla
para aumentar su contenido de este compuesto en un 25%, según un informe de la
Universidad de Newcastle, Reino Unido.
- Fibra. Incluirla en tu alimentación te ayudará
a combatir el estreñimiento.
- Finalmente, respecto a sus beneficios para tu visión,
no se trata de un alimento mágico. Su mayor impacto se da cuando
existe deficiencia de vitamina A, que deteriora los segmentos externos de
los fotorreceptores del ojo, lo cual daña la visión. Sin embargo, también
ayudan a prevenir la degeneración de la retina y, en conjunto
con una dieta rica en frutas y verduras, cuida tu salud ocular.
Incluir zanahorias es sencillo, puedes comerlas
con limón y chile (de hecho, crudas ayudan a fortalecer tus dientes y
encía), al vapor o salteadas como guarnición, en crema, en sopas,
caldos, en jugo, incluso en postres o desayunos.
Y si alguna vez desististe de comerlas por flojera de
pelarlas, debes saber que es posible comer su piel, siempre y cuando no
tenga mucha tierra o desconfíes del uso de pesticidas. Bastará lavarlas
con jabón y un cepillo para estar libre de gérmenes. Eso sí, recuerda
que tienen más carbohidratos que otros vegetales por su contenido de
azúcar, por lo tanto, es mejor combinarlas para cubrir tu dosis de verduras
diarias.
Salud 180