Autoridades
municipales de Chiapas trataron infructuosamente de evitar que una caravana de
unos dos mil migrantes centroamericanos ingresara al pueblo de Huixtla.
El gobierno
de Huixtla declaró una emergencia el lunes por la noche y aconsejó a las
tiendas que cerraran cuando los migrantes entraron al pueblo de todos modos.
La caravana
se dirigió hacia el centro del pueblo, aunque las autoridades querían que se
quedaran en un refugio improvisado lejos de allí.
La
municipalidad dijo en un comunicado que la mayoría de la gente que llega no lo
hace pacíficamente, como podría esperarse.
Los
funcionarios también recomendaron a la gente que no saliera a la calle porque
los migrantes son una amenaza a la seguridad.
La fría recepción del pueblo contrasta con la amable bienvenida que le dio a las caravanas de migrantes el año pasado.
AP.