Este es el relato de una persona, que por cuestione de
seguridad, nos pidió el anonimato, pero que se identificó plenamente, incluso
como derecho-habiente del IMSS.
Hoy, después de más de una hora de hacer cola para que
sea atendida por el cirujano Tomás Pacheco, al llegar con la asistente de éste,
la mujer los recibió así: “Les tengo una mala noticia no podrán ser atendidos
por el Dr. Tomás porque pidió licencia de un año desde inicios de este mes porque
se casó”.
Todos los pacientes, entre los que había una señora de
edad avanzada con una cirugía de cataratas mal hecha ya que sufría de comezón en ambos ojos,
una niña con la reconstrucción de un dedo y otra persona que perdió parte de la
nariz por una mordida y le tuvieron que implantar piel de su pierna, pero que
tampoco quedó bien.
Todos, cerca de 10 pacientes, que hoy tenía cita, fueron
enviados con el “Dr. Martínez”, quien es jefe de cirugía plástica reconstructiva
de la clínica, quien se encargó de reagendar las citas.
Cuando le indicaron que no era justo que les hagan
esperar porque estaban resintiendo verdaderas molestias, como en el caso de la
señora de las cataratas que tenía una fuerte picazón en los ojos, el galeno le
comentó que no era su culpa y que incluso les estaba haciendo un favor.
-Lo siento mucho, pero tienen que esperar -comentó jefe
de cirugía.
La pregunta es ¿Por qué dieron cita para que sean atendidos
por el médico que salió de licencia, si sabían que no estaba? ¿O no lo sabían?
Esto es una muestra de la poca o nula eficiencia que hay
en el IMSS que lamentablemente está más saturado que nunca con la puesta en
marcha del Insabi, en el que todo mundo puede consultar aún sin pagar un
centavo al Instituto.