La mañana de este martes, la sede del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ubicada en la colonia Roma, de la Ciudad de México, fue vandalizada y los responsables arrojaron huevos y dejaron varias cabezas de cerdo a las afuerdad.
Al parecer, este
ataque fue en contra del senador Félix Salgado Macedonio, quien busca la
candidatura del partido al gobierno de Guerrero, por lo que las imágenes se
hicieron virales en redes sociales.
En cuanto a los
presuntos responsables, trascendió que podrían haber sido feministas que se
niegan a aceptar que una persona acusada de violación se postule para gobernar
el Estado, mismo caso que ya está siendo investigado por la Fiscalía General de
la República (FGR).
De acuerdo con
reportes policiales, las mujeres se manifestaron la mañana de este martes y
arrojaron huevos y cabezas de cerdo en la entrada de las oficias de Mario
Delgado, presidente nacional del partido.
Recientemente la
FGR inició una carpeta de investigación en contra de Félix Salgado
Macedonio, luego de haberse presentado diversas denuncias por abuso sexual,
entre ellos el de una mujer a quién presuntamente violó apenas era menor
de edad.
La víctima identificada
con las iniciales B.C.M. relató a las autoridades que la agresión
sexual ocurrió en 1998 cuando tenía 17 años de edad. De acuerdo con su
testimonio, en ese entonces mantenía una relación amorosa con su actual pareja
identificado como R.J.S.J. que ya era mayor de edad.
El primer viernes
de diciembre de dicho año, su pareja tuvo una reunión en Chilpancingo,
Guerrero a la cual asistió Félix Salgado Macedonio, pues ambos
pertenecían al entonces Partido de la Revolución Democrática (PRD); a esta
reunión la joven decidió acompañar a su pareja.
Cerca de las 9 de
la noche se trasladaron de Tecpan de Galeana a Acapulco, pero cuando su pareja
subió al autobús se encontró con su ex suegra y le pidió a la joven que se
sentaran en asientos diferentes para que no sospechara que iban juntos; esto
debido a que era mujer peligrosa y que portaba un arma.
Llegando a la
terminar Ejido en la Ciudad de Acapulco, aproximadamente a las 11 de la
noche, su pareja se fue con su ex suegra y la dejó abandonada en la terminal,
sin dinero y sin conocer el lugar.
Debido a esto, la
víctima comenzó a llorar y en ese momento un taxista se acercó a ella
para preguntarle el motivo y ella le dijo que la habían dejado sola en el
lugar; ante esto, el sujeto se ofreció a llevarla a su casa con su familia para
que pudiera descansar, por lo que aceptó. Cabe mencionar que en ese entonces la
joven no contaba con un celular para contactar a su familia.
Al día siguiente la
mujer le preguntó al taxista si sabía en dónde vivía el político Félix
Salgado y él le respondió que sí, por lo que la llevaron hasta su
domicilio.
Al llegar al lugar
un escolta o guarura le abrió la puerta y Salgado Macedonio le pidió
que esperara en una sala de la casa y fue entonces cuando se metió a una
recámara y ella se quedó esperando durante 15 minutos.
Posteriormente,
aseguró que cuando Feliz salió de la recámara lo notó distinto: “con una
cara diferente cuando me recibió, como enojado y frotándose la nariz con la
mano, se fue hacia mi persona y me empezó atacar”. Durante el ataque, aseguró
que el guarura le dijo al senador “Patrón, es una niña”. Y él le
respondió: “Lárgate a tu trabajo”.
La denunciante
señaló que Salgado Macedonio la inmovilizó y ella entró en shock. Él le abrió
las piernas y se bajó el pantalón, la trusa, y la violó. Después la aventó a un
sillón y él se vistió y le aventó cien pesos en la cara, diciéndole: “Esto
no pasó”.
La mujer abandonó
la casa y tomó un taxi que la trasladó a la terminal de Ejido, donde abordó un
autobús que la llevó de regreso a Tecpán de Galeana.
A los tres días la
mujer le platicó lo ocurrido a su pareja quien le pidió que esperara un poco
para denunciar; dos años después se presentó ante el Ministerio Público de
Tecpán de Galeana pero el joven que la atendió le aconsejo que no lo
hiciera porque Salgado Macedonio era una persona poderosa y peligrosa.
Finalmente, la
víctima subrayó que solo aceptó recibir atención psicológica.