El hombre, de 75
años de edad, le pagó 3,000 dólares a un agresor en abril pasado, en Italia,
para que atacara a su hijo, de 43 años, y a su pareja, y para que dañara el
automóvil de ambos.
Sin embargo, el
plan se vino abajo aparentemente porque el sicario informó a la presunta
víctima, que es un cirujano.
“Mi hijo es un
rufián, rómpele los dedos”, fue lo que, supuestamente, le dijo el padre al
atacante.
Medios italianos
informaron que el inculpado, un hombre jubilado, también había sido acusado de
atacar a su esposa, de quien se había separado después de 40 años de
matrimonio.
En febrero, el
acusado contrató a dos hombres para golpear a la pareja de su hijo, lo que hizo
que la víctima tuviera que ser hospitalizada.
La disputa entre el
hijo, cuyo nombre no se ha revelado, y su padre, de los suburbios del sur de
Turín, comenzó hace cuatro años por una casa en las playas de Francia, y se
complicó cuando el hijo presuntamente intervino en una pelea física entre sus
padres.
Según informes, en
ese momento el padre amenazó a su hijo con romperle las piernas.
El hombre también
interpuso una denuncia ante la policía, como un intento de aparecer como la
víctima, afirmando falsamente que su hijo le había sacado varios dientes sin su
consentimiento.
El fiscal del caso
afirmó que el hijo y su madre habían adquirido “un temor bien fundado por su
seguridad y la de las personas relacionadas con ellos, lo que los había
obligado a modificar sus hábitos”.
SOLIDARIDAD CON LA
VÍCTIMA
El hijo dijo a los
investigadores que sentía que lo estaban siguiendo, lo que lo obligó a cambiar
las cerraduras de su casa y a pedirle a sus amigos que viajaran con él por su
propia protección. “Fuera de los pacientes que conocía, tenía miedo de hacer
visitas, pues nunca sabía con quién me iba a encontrar”, dijo.
El padre fue
acusado de agresión agravada y acoso, y esta semana fue sentenciado a pasar dos
años en la cárcel.
Arcigay Torino, un
grupo de defensa de los derechos de la comunidad LGBT con sede en esa ciudad,
hizo una publicación en Facebook donde afirmó que la sentencia proporcionaba un
cierre a la víctima, que había sido atacada simplemente “porque ama a otro hombre”.
El grupo declaró:
“Arcigay Torino expresa su solidaridad con la víctima: ninguna persona debe
vivir con miedo debido a su orientación sexual o identidad de género.
Precisamente por esta razón, hacemos énfasis en la importancia de una ley que
proteja a los miembros de la comunidad LGBT+ de tales abusos”.
El mes pasado, la
cámara baja del parlamento italiano dio luz verde a una ley que clasifica la
violencia contra las mujeres y los miembros de la comunidad LGBT como crímenes
de odio.
El proyecto de ley,
según el cual quienes sean encontrados culpables de esos ataques enfrentarán
condenas de prisión más largas, debe recibir su aprobación final por parte de
la cámara alta antes de convertirse en ley. Se espera que supere este obstáculo
en los próximos meses.