Juego de ajedrez disfrazado de futbol fue el que se vivió
entre Pachuca y Cruz Azul. Terminaron tabla en la primera partida, cero a cero,
dejando todo para el Azteca.
¿Le convino a La Máquina? Quizá, salió sin daño de visita,
pero no hizo gol. ¿Le convino a los Tuzos? Puede ser, porque aunque no ganó en
casa, ahora puede marcar en la ciudad de México.
Lo que es verdad es que aunque el duelo fue muy estratégico,
quedó a deber, ya que la Liguilla ha acostumbrado a otro tipo de juegos.
La realidad es que el empate fue justo, si hubo alguien que
pudo irse con ventaja fueron los Tuzos, pero esto no es de merecer.
Ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, a Juan Reynoso no le
interesa lo que digan o lo que piensen de su estilo de juego. Cruz Azul jugará
según la conveniencia del momento. Así lo mostró en el primer tiempo.
El peruano volvió a mover sus piezas, enterado de que
competirle al Pachuca de tú a tú, en cuestión de dinámica, no era el caso,
decidió meter a jugadores de bien pie, de buen control de balón y movimiento en
corto, ¿para qué?, para tener posesión, aunque en ataque no haya generado una
sola clara. Pachuca quiso jugar lo que le dio resultado ante Guadalajara y
América: explotar los extremos, ser incisivo, y aunque tuvo dos de peligro, que
hicieron que J.J. Corona se empleará a fondo, no pudo abrir el marcador.
Pachuca adelantó líneas al iniciar la segunda parte, el
juego comenzó a abrirse un poco, momento que aprovechó Reynoso para hacer los
primeros movimientos, en claro mensaje de ir por un gol. Paulo Pezzolano quiso
ganar el juego a base de centros y metió a Mauro Quiroga, aunque sacó a sus
alas, Edgar Pardo y Romario Ibarra, pero a pesar de esto, fue cuando más
peligro generaron los Tuzos, por medio de centros.
Juan Reynoso volvió a hacer cambios sorpresivos, sacó a
Jonathan Rodríguez, para darle entrada a Santiago Giménez en busca de encontrar
la diferencia en los últimos minutos.
Oscar Ustari no había tenido trabajo en la segunda parte,
hasta que hubo un rebote de su defensa Gustavo Cabral, reaccionando felinamente
para evitar el gol en contra. Después vino el Chaquito, que hizo una de las
dejando el balón para Pineda que fue vencido por la estirada de Ustari.
Fuente: El Universal