Colombia se unió nuevamente en una huelga nacional convocada
por sindicatos de trabajadores, estudiantes y organizaciones que demandan una
serie de cambios sociales.
Unas ocho mil personas asistieron a las protestas en Bogotá,
estimó la alcaldía de la ciudad.
El gobierno local reportó que todas las manifestaciones
fueron pacíficas, pero pidió a las personas comenzar el regreso a casa a las
cuatro de la tarde.
En 21 días de protestas han muerto al menos 42 personas, la
mayoría civiles.
Además, se registraron más de mil 700 heridos entre
manifestantes y uniformados.
Hasta ahora, la Fiscalía local determinó que 15 víctimas han
fallecido por su participación en las movilizaciones e investiga otros 11
casos.
Tres de los crímenes involucran a miembros de la fuerza
pública, según el organismo.
“Hoy acompañamos a nuestros jóvenes, a nuestros hijos, a
nuestros nietos que, no obstante, nuestras peleas de tanto tiempo siguen sin
oportunidades”, dijo el abogado Roberto Hermida.
La crisis alcanzó la Copa América de futbol, que está
previsto que se celebre conjuntamente en Colombia y Argentina en menos de un
mes.
En la entrada del estadio El Campín, en Bogotá, aficionados
exhibieron una pancarta con la frase “la copa de sangre”.
“Pedimos que no se haga el torneo mientras están masacrando
a nuestros jóvenes”, dijo Juan Sebastián Urrea, de 24 años, miembro de la
organización Fiebre Amarilla, denominada barra oficial de la Selección de
futbol del país.
Los jóvenes piden no ser asesinados, un Estado más solidario
y una reforma de la policía que empiece por sacarla de la órbita del Ministerio
de Defensa, tras décadas de combate a la guerrilla y el narcotráfico.
El 28 de abril, los reclamos se incrementaron, cuando el
presidente Iván Duque presentó una propuesta de reforma fiscal que ordenaba el
aumento del IVA. Aunque, retiró el proyecto, las manifestaciones siguen.
Fuente: Excélsior