SÍDNEY, 12 jul (Reuters) - La perspectiva de un
confinamiento prolongado en Sídney se agudizaba el lunes, ya que las autoridades
sanitarias australianas informaron de otro aumento diario récord de casos de
COVID-19, alimentado por la variante delta, altamente infecciosa.
El estado de Nueva Gales del Sur informó de 112 nuevos casos
de COVID-19 de transmisión local, casi todos ellos en Sídney, pese a que la
mayor ciudad del país ha entrado en su tercera semana de encierro. El número de
casos ha estado en niveles récord durante al menos tres días.
Sin embargo, había alguna señal de optimismo, ya que el
número de nuevos contagios comunitarios se redujo a 34, frente a los 45 del
domingo.
La gobernadora del estado, Gladys Berejiklian, dijo que la
evolución de esa cifra en los próximos días determinará si se prolonga el
confinamiento de Sídney, que debe terminar el viernes.
"Esa es la cifra que necesitamos para acercarnos lo más
posible a cero", dijo Berejiklian durante su sesión informativa diaria
televisada. "Realmente depende de nosotros. El consejo de los expertos en
salud se basará en cómo sean esos números. No puedo ser más clara".
Berejiklian dijo que la mayoría de los casos del lunes eran
miembros de la familia o amigos cercanos de personas ya infectadas, y rogó a
los residentes que cumplieran con las normas de cierre, que se reforzaron
durante el fin de semana.
El total de infecciones en el brote se acerca a las 700,
cuando ha pasado menos de un mes desde que se detectó la primera a mediados de
junio. Sesenta y tres personas están hospitalizadas, 18 de ellas en cuidados
intensivos, según las autoridades, mientras que una mujer de 90 años se
convirtió en la primera víctima mortal de COVID-19 en el país este año.
Las medidas de confinamiento para los cinco millones de
habitantes de Sídney, que incluyen el cierre de escuelas y órdenes de
permanecer en casa, han avivado la preocupación por una desaceleración de la
economía, que había vuelto a los niveles anteriores a la pandemia en el primer
trimestre.