El próximo jueves se cumplen casi once meses de manera
ininterrumpida de que el Paso Deprimido ha permanecido cerrado a la
circulación, lo que significa que, de los 550 días transcurridos del 2020 y
2021, ha estado cerrado 325, lo que ha generado perjuicios a los miles de
conductores que a diario transitan en la zona.
Desde su construcción, en el 2011, lo han tenido que cerrar
en siete ocasiones por problemas de inundación, es decir, el nivel del agua del
manto freático ha superado al de la carpeta asfáltica de la vía hundida.
La Secretaría de Seguridad Pública mantiene vigilancia
permanente en el lugar y realiza operativos de vialidad en las horas picos para
tratar de agilizar el tránsito que se torna lento en la mañana, a media tarde y
por la noche.
La corporación reportó que desde junio, cuando se registró
el primer cierre prolongado del paso, hasta la fecha han tomado conocimiento de
mil 135 accidentes de tránsito.
La propia entidad gubernamental informó que en la actualidad
se tiene un aforo vehicular de tres mil 200 vehículos por hora, lo que equivale
un tránsito por los cuatro sentidos de 53 automotores por minuto. Esto ocasiona
largas filas, generando caos vial en las llamadas horas pico. Al día se
registran en promedio tres percances.
De acuerdo con datos de Obras Públicas del Ayuntamiento, en
la última década en la glorieta de la paz o paso deprimido se han gastado
111.6 millones de pesos, entre la edificación de la obra que tuvo un costo de
64.5 millones de pesos, y las autoridades municipales encabezadas por Renán
Barrera Concha y Mauricio Vila, los dos alcaldes que han estado al frente de la
Comuna, han erogado 47.1 millones de pesos, entre reparaciones, mantenimiento,
equipo de bombeo y energía eléctrica.
De acuerdo a la Comuna, en la última década en siete
ocasiones se ha tenido que cerrar la transitada arteria, debido a problemas de
inundaciones y reparaciones. Sin embargo, en mayo inició lo que se ha bautizado
como “la cirugía mayor”, debido a que se está rellenando de una parte para
subir el nivel del pavimento y con ello evitar futuras inundaciones, cuyo costo
es de 30 millones de pesos.
Según Obras Pública de la Comuna, el proyecto de rescate del
Distribuidor Vial elevará 1.50 metros el nivel de los carriles inferiores, con
lo cual se reduce su altura pasando de 5.16 a 3.66 metros interior, con lo cual
se restringe la circulación de autobuses urbanos, que tendrán que transitar
sobre las calles laterales y atravesar Circuito Colonias para continuar su
trayecto al Norte o al Sur, según, sea el caso.
Asimismo, se construyeron cisternas y se drenó concretó al
subsuelo, con la finalidad de evitar que el nivel del manto freático suba e
inunde de nueva cuenta la costosa obra.
Eduardo Monreal, integrante del Observatorio de Movilidad
Sostenible de Mérida, indicó que la obra ha traído muchos problemas de
movilidad,
debido a que en la actualidad la zona está totalmente estrangulada por la
cantidad de vehículos que transitan, además de que la obra ha generado altos
costos desde su construcción y reparación.
El entrevistado indicó que, a pesar de los trabajos que se
realizan, los problemas de movilidad en esa zona no disminuirán, debido a que
se reducirá la altura del paso deprimido y con ello no podrán transitar por ese
punto camiones, camionetas de más de tres toneladas, ni camiones pesados, lo
cual seguirá asfixiando el tránsito vehicular en la parte superior de la
glorieta.
Fuente: Por Esto