Mediante una carta pública, pobladores, centros culturales, centros comunitarios, académicos, investigadores y organizaciones no gubernamentales solicitaron al presidente Andrés Manuel López Obrador ordene a la Sedena la suspensión inmediata del proyecto Tren Maya en el Tramo Bacalar-Chetumal.
La razón: los graves daños que la obra ocasiona al ecosistema, afectando el flujo natural del agua que existe entre lagunas, humedales, el río Hondo y el mar Caribe en el sur de Quintana Roo.
Concretamente se refieren a los rellenos del Estero de Chac, un gran pantano ubicado en el municipio de Othón P. Blanco, que forma parte del Sistema Lagunar Bacalar, ligado al Río Chac y a la Laguna de los Siete Colores.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) decidió llevar el trazo del Tramo 7, del Tren Maya, conectado con el Tramo 6, sobre una gran zona de humedales como lo es el Estero de Chac, lo que violenta el artículo 60 TER de la Ley General de Vida Silvestre (LGVS), que prohíbe toda obra que interrumpa el flujo hidrológico de los humedales.
“La decisión de construir la vía del tren sobre este humedal pone en riesgo la salud de todo el sistema lagunar.
“Esa decisión es una enorme equivocación que traerá consecuencias graves para los frágiles ecosistemas que conforman esta región. Constituye además una amenaza para el bienestar y la seguridad de las poblaciones locales quienes nunca fuimos consultadas y atenta contra nuestro derecho a un medio ambiente sano”, se lee en el escrito.
La carta abierta es firmada por más de 150 personas y se dirige además a la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores; y al director general del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Javier May, quien en días pasados anunció públicamente que estaba próximo a renunciar, porque competirá por la gubernatura de Tabasco.
El pasado 7 de julio, habitantes de la localidad de Huay Pix, cerca de Chetumal, detectaron que, además del Estero, la Sedena había comenzado a rellenar el Río de Chac, lo que motivó una intensa movilización en redes sociales para denunciar el hecho y la manifestación pacífica en el sitio, logrando que la Sedena suspendiera los trabajos, argumentara que fue “por error” y ofreciera construir un puente.
“La construcción de un puente elevado para evitar impactar el Estero de Chac no resuelve el problema; el problema es el trazo que Sedena ha decidido realizar, el cual conlleva el relleno de varios kilómetros de humedales afectando los flujos naturales y, por ende, la temperatura, el color y el caudal que ellos regulan modificando el hábitat de cientos de especies de flora y fauna”, advierten las y los firmantes de la carta.
Además de que no existió ninguna consulta pública en donde se pidiera la opinión de las comunidades aledañas, sobre pasar el Tren sobre una zona inundable, al estar sobre un humedal, tampoco se divulgó ni presentó un proyecto de ingeniería y la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) evaluada y aprobada por la Semarnat, omite referirse a estudios geológicos y geohidrológicos que permitan descartar colapsos en el trazo de la vía férrea.
Tampoco es una situación privativa del Estero de Chac. Desde hace meses, la Sedena llegó a la región sur de Quintana Roo abriendo una brecha principal de entre 50 y 70 metros de ancho, derribando miles de árboles, además de cientos de accesos más para acceder a ella, con aperturas de entre 15 y 25 metros de ancho, detallaron.
Dentro de la selva, las máquinas abrieron espacio para la instalación de bancos de material con más de 15 hectáreas cada una, para la extracción de material de relleno, señalan, lo cual pudo confirmar EL UNIVERSAL durante un recorrido hecho de Tulum a Bacalar, por el Tramo 6, durante el mes de abril.
Las personas, instituciones y organizaciones que piden la suspensión de las obras, detallan que fueron observando cómo cientos de camiones de volteo, cargados con sascab y piedra –material de la región usado para la construcción– invadieron la carretera entre Chetumal y Felipe Carrillo Puerto para rellenar la brecha principal y las brechas secundarias.
“Finalmente hemos visto cómo están rellenando los humedales. En el sur de Quintana Roo se encuentran un conjunto de lagunas interconectadas por canales y por cientos de hectáreas de humedales y bajos, cubiertos por manglares y orquídeas que conforman el hábitat de aves, reptiles, mamíferos y peces.
“Se trata del Sistema Lagunar de Bacalar, el cual alberga el mayor arrecife bacteriano del planeta y cuya salud depende de la posibilidad de un permanente y libre intercambio de agua entre lagunas, el río Hondo y el Mar Caribe”, describen.
Respetar los procesos de conexión transversal que se dan dentro y fuera del sistema, se hicieron evidentes en el 2020, cuando luego de registrada una tormenta tropical, el color de la Laguna Bacalar pasó de del azul y el verde, a marrón, como resultado del arrastre de los escurrimientos de lodo y agua que llegan hasta ese cuerpo de agua que, para sanearse, desfoga hacia al Estero de Chac, evitando además que las poblaciones cercanas se inunden.
“Estamos constatando que la construcción de las vías para el tren no está tomando en cuenta el enorme valor de los humedales y ni ha dado la importancia debida a los procesos de conectividad entre ecosistemas acuáticos.
“Esto es evidente ante lo ocurrido recientemente en el Estero de Chac, al sureste de la Laguna de Bacalar y lo que estará por ocurrir a lo largo del tramo de vías que corre del oeste de la laguna hasta la ciudad de Chetumal, en donde la construcción de un camino basado en el relleno de sascab tendrá impactos incalculables”, advirtieron.