Salvar una vida no siempre trae el reconocimiento esperado. En la playa de Ca’Savio, Venecia, el socorrista Saverio Amato rescató a una turista de 70 años que estaba a punto de morir ahogada.
Sin embargo, semanas después, Amato fue multado con 1,032 euros por no notificar a la Autoridad Portuaria de inmediato.
El rescate heroico
El incidente ocurrió el 3 de septiembre, cuando una turista extranjera sufrió un colapso en el mar.
Sergio Amato, de 44 años de edad y veterano socorrista, actuó rápidamente junto a su equipo para llevarla de vuelta a la orilla. Gracias a la intervención inmediata, la vida de la turista fue salvada, según confirmaron más tarde los servicios de emergencia que arribaron al lugar.
La multa que sorprendió a todos
Aunque lograron salvarle la vida, dos semanas después Amato recibió una multa impuesta por la Autoridad Portuaria local.
La sanción se basó en una violación de la Ordenanza de Seguridad Marítima, que exige notificar inmediatamente a la oficina marítima sobre situaciones que pongan en peligro la vida humana en el mar. La falta de esta notificación oportuna fue el motivo de la multa.
Socorristas en desacuerdo
Saverio Amato ha decidido apelar la multa, defendiendo que su equipo evaluó la situación y contactó directamente con el servicio de emergencias médicas (118). La ambulancia aérea y la Autoridad Portuaria fueron informadas posteriormente por el personal médico, según los procedimientos de emergencia establecidos.
La defensa del socorrista
En su defensa, Amato subrayó que solo debía informar a la Autoridad Portuaria en casos de peligro en el mar o contaminación ambiental, situaciones que no aplicaban en este caso ya que el rescate ya había comenzado.
“En este caso, no se trataba de contaminación ambiental ni de peligro para la vida humana en el mar, ya que el herido fue transportando a la playa por socorristas y las operaciones de rescate ya habían comenzado”
Esto dijo su jefe
William Dalla Francesca della Vela, contratador de Amato, también se ha posicionado en su defensa, advirtiendo que una multa de este calibre podría desincentivar a los socorristas de continuar en su labor.
“Para nuestros chicos, una multa de mil euros equivale a comprometer toda la temporada”.
“El sector turístico ofrece otras muchas oportunidades de empleo, igualmente lucrativas, pero con menor valor social y sin el riesgo de multas tan elevadas. Es probable que el año que viene se abstengan de trabajar bajo el sol, en una torre, vigilando a los bañistas”