La doctora Mora Camacho dijo que le resulta muy extraño que se pretenda que los cocodrilos de pantano vivan en aguas cristalinas cuando su hábitat es precisamente ese: de pantano
-Causa profunda extrañeza la postura de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) plasmada en un comunicado oficial que emitió y difundió hoy la dependencia federal, en diversos medios locales y nacionales, sobre el “aseguramiento precautorio” de siete cocodrilos de pantano al parque zoológico de La Mulsay, ya que estos zoológicos cuentan con certificados de la Semarnat.
-Los animales que decomisa la Profepa son llevados a nuestros parques, entre otras causas, porque la Comuna tiene el reconocimiento PIMS (Predios o Instalaciones que Manejan Vida Silvestre) desde 2008, -informó Luis Jorge Montalvo Duarte, director de Servicios Públicos Municipales.
El funcionario precisó que los cocodrilos jamás fueron retirados del estanque en donde habitan desde hace varios años toda vez que las instalaciones cumplen con las normas exigidas por la propia Profepa.
Manifestó que la única observación de la dependencia federal fue que el estanque tenía “agregación excesiva de algas¨ y todas las demás fueron de menor importancia.
Montalvo Duarte agregó que el Ayuntamiento alberga a por lo menos 233 animales que son producto de los decomisos que hace la Profepa, de los cuales 188 están en el Centenario y en Mulsay, y otros 45 fueron alojados en Animaya.
-El gasto que la Comuna ejerce para mantener a estos animales es de más de 350 mil pesos mensuales en los zoológicos de la ciudad tan solo en alimentación y medicamentos, sin contar los sueldos de los biólogos y veterinarios que laboran en estos centros de esparcimiento,-agregó.
Agregó que son demasiados los animales decomisados, esto como consecuencia de la prohibición que tienen los circos de utilizarlos.
Aclaró que los parques zoológicos del Ayuntamiento de Mérida no tienen obligación alguna de recibir a los animales que son decomisados por la Profepa, pero lo hace, desde muchos años, como un acto de buena voluntad y cooperación con la autoridad federal que no aporta recurso alguno para su mantenimiento y alimentación, así como su cuidado.
En realidad, los ejemplares decomisados por la Profepa deberían ser llevados al Centro de Investigación de la Vida Silvestre, que está ubicado en Tekax, que legalmente debería ser su primera opción para resguardarlos, pero son llevados a los zoológicos del Ayuntamiento porque se encuentran en mejores condiciones,-subrayó.
Indicó que el caso llamó más la atención puesto que el susodicho “aseguramiento precautorio” ocurrió el lunes 22 pasado, y cuatro días después; es decir, el viernes 26, dos de los mismos siete reptiles “asegurados” fueron entregados en propiedad a la autoridad municipal.
-Es algo así como por un lado te castigo y por el otro te reconozco -comentó. Todavía ayer la Profepa nos otorgó en donación dos cocodrilos, y cuatro iguanas verdes, y el viernes nos donaron una cebra, dos llamas, dos tortugas suripantas, tres geckos y una boa arcoiris así como una serpiente pitón bola.
Hizo notar que si los animales no recibieran un trato digno, como menciona la Profepa en su comunicado, entonces resulta una incongruencia que ahora entreguen dos en propiedad al Ayuntamiento.
Por su parte, la médico veterinario Odeisi Mora Camacho, coordinadora del área técnica del zoológico del Centenario señaló que las recomendaciones que emitieron los inspectores de la Profepa el día que acudieron al parque de la Mulsay, realmente fueron por aspectos de muy poca importancia: reparar una manguera porque estaba goteando, cambiar un tubo oxidado, revocar un techo, y en el punto en el que más se centraron fue el relativo al aspecto verde del estanque.
El “aseguramiento precautorio”, explicaron, en realidad sólo fue un juego de palabras, que muchos interpretaron incorrectamente como “decomiso” o “incautación”, algo que no sucedió porque en realidad los reptiles se quedaron donde siempre y la única recomendación fue que se limpie el estanque y se levantaba la supuesta “sanción”.
Dijeron que el estanque ya fue limpiado y ayer mismo se envió el escrito correspondiente de notificación de este hecho a la Profepa, con lo que se solventó de manera satisfactoria la recomendación que les hicieron.
-Entonces no se entiende cuál es la intención de emitir un comunicado hablando de un “aseguramiento precautorio” cuando ya se ha cumplido algo que ellos mismos sugirieron,-dijo.
La doctora Mora Camacho dijo que le resulta muy extraño que se pretenda que los cocodrilos de pantano vivan en aguas cristalinas cuando su hábitat es precisamente ese: de pantano,-finalizó.