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Respeto, celebración y denuncia en un mismo lugar.
Como ya todo mundo sabe, este fin de semana tuvo lugar la 40 Marcha del Orgullo LGBTI de la Ciudad de México; en ella se reunieron toda clase de personas e identidades que demostraron que las letras antes mencionadas, son sólo eso, letras.
Gays, lesbianas, bisexuales, heterosexuales, 'heterocuirosos', aliados, travestis heterosexuales, travestis homosexuales, travestis bisexuales... personas no binarias, transexuales, transgénero, personas de género fluido... mamás, papás, hermanos y un largo, muy largo, etcétera se congregaron en esta histórica marcha que por su antigüedad y gran convocatoria, es una de las más importantes del mundo.
Igual que en años anteriores, SDP fue a este increíble encuentro y volvimos llenos de aprendizajes; entre todos ellos queremos destacar los siguientes:
No todos los amantes del futbol son homofóbicos
Seguramente no éramos los únicos con miedo de que la celebración de dos eventos positivos y alegres (la marcha y el triunfo mundialista de la selección mexicana) se convirtiera en un desagradable enfrentamiento.
Igual que muchos asistentes nos sorprendimos no sólo porque nada malo pasó sino porque la mayor parte de la verde multitud que avanzaba sobre Paseo de la Reforma proveniente del centro y con dirección a la columna de Independencia, se mostró empático con las causas de la marcha multicolor que caminaba en sentido contrario, dirigiéndose al zócalo.
Se trató sin duda, de un acto de respeto y tolerancia en donde la apropiación del espacio público se compartió para demostrar que las diferencias no deben divorciarnos.
Se celebra mientras se lucha
La Marcha del Orgullo sí es una fiesta. Es una fiesta que celebra la diversidad no sólo sexual sino social, étnica, de pensamiento, de identidad, de expresión.
La jornada, se llena de personas que ponen su cuerpo como trinchera, como un medio de expresión y pertenencia. El cuerpo y la voz se convierten en el único común denominador porque éste es uno de los pocos momentos en que las diferencias se reconocen con orgullo ante la sociedad y para hacerlo, es necesario mostrarlas.
En esta marcha, la alegría propia de la celebración es una herramienta de lucha que ayuda a transmitir mensajes tanto hacia adentro como hacia afuera. Las batucadas, los bailes, los djs... son parte de ese clamor que exige justicia e igualdad; no un contrario.
Para muchos es el día más feliz del año
Este día, la personas que salen a las calles están tranquilas consigo mismas, son quienes quieren y no quienes deberían; sonríen. La gente se siente segura de cantar, de bailar, de amar.
Esta caminata por algunas de las avenidas más importantes del país, demuestra que no somos individuos aislados, que compartimos las diferencias que nos hacen únicos, que somos parte de una población extensa dispuesta a mostrarse con tal de alcanzar la felicidad.
La marcha demuestra que la diversidad sexual debe celebrarse porque lo que se ve en el rostro de cada asistente es nada más y nada menos que orgullo.
Los jóvenes toman la calle y la historia los acompaña
Hace algunos años que los jóvenes (muy jóvenes), se adueñan del protagónico en esta marcha histórica desmitificando la concepción de que la diversidad sexual y sus expresiones pertenecen y acontecen sólo a personas de más edad.
Este año, un contingente de juventudes LGBT encabezó a la multitud que se extendió tras ellas y ellos por varios kilómetros. De cerca les acompañaban activistas, alguno que estuvieron en las primeras ediciones de esta colorida manifestación; activistas que respaldan las palabras de las nuevas generaciones como entregando un estandarte para continuar la lucha.
¿De qué sirve que las marcas se pinten de colores?
Definitivamente, cada vez es más común ver a empresas internacionales asumir una postura pública a favor de las personas LGBTI.
Algunas realizan simples acciones como colorear sus logotipos con arcoíris, otras tantas forman grupos de apoyo a la diversidad sexual dentro de su personal y unas más, implementan normas para garantizar la equidad de condiciones para todos sus empleados sin importar su orientación sexual o identidad de género.
Cualquiera de las acciones anteriores, por pequeña que parezca, aporta porque visibiliza y contribuye a la politización de esta lucha social al mismo tiempo que le da un enfoque económico que resalta la importancia del dinero que las personas LGBTI podrían dejar a una empresa que les incluye.
Ante esto, lo importante es resaltar que las iniciativas empresariales no deben quedarse únicamente como una colorida estrategia de marketing sino que debe permear en todas sus estructuras.
Fuente SDP Noticias