En la última entrega de una entrevista con Grupo Megamedia, la ex directora municipal de Comunicación Social relata cómo vive un día tras los barrotes, si tiene privilegios en la prisión y qué es lo que más añora de su vida anterior, cuando todo era felicidad para la ex funcionaria: Describe un día de Cecilia Flores detrás de las rejas Es igual todos los días, salvo que me visite algún familiar. Hay que levantarse a las 6 de la mañana, ya que pasan lista a las 7, arreglo mis cosas, desayuno. Después escribo y leo. Luego como, a la hora del almuerzo y me baño. A las 7 de la noche pasan lista de nuevo y a dormir.
¿Gozas de privilegios? No puede haber ningún privilegio cuando estás privado de la libertad, es estar en cuatro paredes, no salgo para no tener problemas con nadie. El espacio para moverte todos los días es totalmente reducido, quieres llorar, gritar o reír. pero no hay con quién. Si te sientes mal te atienden en la enfermería pero estás sola, no hay un solo día que puedas dormir profundamente porque no te da la confianza de hacerlo, no te sientes segura. Es el no poder comer lo que se te antoje o si tienes ganas de hablar con alguien. Lo único que hay es silencio, porque no tienes con quien conversar. Es ver que ya terminó el día y no pasa nada, es algo que no se lo deseo a nadie, ni a mis denunciantes. ¿Qué extrañas de tu vida anterior? Por supuesto que la libertad. Siempre he sido una persona que trabaja mucho, activa e independiente. Ahora es la impotencia de no poder hacer nada, tener cero actividad física, si necesito algo esperar los tiempos para decirle a alguien de mi familia lo que requiero.
Extraño poder dormir tranquilamente un día entero, una comida familiar, bailar, y a muchas personas que sé que ya no van a estar conmigo por la situación en la que estoy, es más lógico negar que me conocen para no tener problemas.
¿Cuál ha sido tu día más difícil y el más feliz en prisión? El día más difícil, indiscutiblemente la Navidad pasada. Vengo de una familia unida y por primera vez pase el 25 de diciembre sola. Traté de pensar que no era Navidad, que era otro día. También fue duro cuando me dio una infección estomacal y la pase muy mal. El más feliz... es difícil estar en esta situación y tener un día feliz. Trato de sonreír y tener buen ánimo, pero el día que me olvidé que estaba privada de la libertad fue por el gozo que viví cuando volví a ver a mis hermanos y los abracé.